Al final llegamos a lo alto de la torre, una estancia totalmente abierta llena de cofres, alfombras, cojines y telas de seda. Al principio nos pareció ver la silueta de alguien frente a nosotros, pero allí no había nadie, el grupo tomó posiciones a sabiendas de que Xanesha no andaba lejos y justo en ese instante, la punta de una enorme lanza alcanzó al arquero, el acero se clavó en su carne y un sonido ensordecedor aulló desde la lanza hacia el exterior haciendo que estallaran nuestros tímpanos, el ataque había sido feroz y ahora podíamos ver al ser al que nos enfrentábamos, una enorme bestia mitad mujer mitad serpiente, que portaba una gigantesca lanza protegida por una fina armadura de escamas doradas y un casco que ocultaba su rostro.
Era el momento de contraatacar, el pequeño Gnomo concentró su energía sobre los dos guerreros. Acto seguido, una bandada de flechas surcó el aire para impactar contra Xanesha, pero la lamia había hecho uso de sus artes oscuras y se había multiplicado, siendo ahora siete las sierpes que había frente a nosotros, dos de aquellas ilusiones habían desaparecido tras el impacto y solo una flecha había acertado a la verdadera Xanesha. Nuestro sacerdote acudió rápidamente para sanar las heridas del arquero mientras Dorkas atacaba con inusitada ira al enemigo, de sus ojos y oídos brotaba la sangre a causa de la implacable lanza que portaba Xanesha.
Entre el intercambio de golpes un rayo de luz roja emergió del casco de nuestra adversaria e impactó contra Glin, de los pies a la cabeza su tez se volvió gris quedando totalmente paralizado. Solo quedábamos tres contra ella, el sudor y la sangre se mezclaban mientras el combate se volvía más salvaje. Ahora todos los ataques de Xanesha se dirigían contra Stolas que a penas podía resistir sus embestidas, la bárbara continuaba atizando con fuerza... Pero dos flechas certeras alcanzaron el pecho del monstruo desplomándose sobre el suelo. Por fin la responsable de los atroces asesinatos en
Cala Arenosa y Riscorbo había muerto.
Entre las pertenencias de Xanesha una carta llamó nuestra atención, en dicha carta una "hermana" comentaba la forma que Xanesha usaba para recolectar avaricia y la invitaba a unirse a ella en Caparazón Ferri para comprobar que sus métodos eran mucho mas efectivos y refinados.
Todo se volvía más complicado, por cada respuesta que obteníamos surgían más preguntas, no podemos quedarnos cruzados de brazos mientras siguen usando el ritual del Sihedron para recolectar avaricia. Debemos descansar, también pertrecharnos y señalar nuestro siguiente objetivo en el mapa, Caparazón Ferri.
Antes de abandonar Riscorbo reclamamos la recompensa que Lord Grobaras había prometido para quién pusiera fin a los asesinatos en la ciudad y al descubrir que la intención de la secta de los Despellejadores era acabar con su vida recibimos una cuantía mayor a la pactada por salvar su vida.
Con el trabajo ya hecho volvemos a Cala Arenosa para despedirnos del pueblo y de Ameiko. El sheriff Hemlock nos facilita para el viaje hacia a Caparazón Ferri, un carromato y un caballo de tiro; antes de la partida, Xanelu la exploradora, da muestras de que sigue viva y nos pide que por favor busquemos a su amigo Soros, del cual hace mucho tiempo que no sabe nada, en la Fortaleza Rannick muy cerca de Caparazón Ferri, asentimos y nos disponemos a viajar cogiendo el camino que transitan las caravanas del Vasto.
Hermana de Xanesha eres la próxima, los Buscadores del Sihedron acabarán contigo.
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