Vieja Korvosa nunca ha sido precisamente una parte brillante de la ciudad...pero esto ya es demasiado. Cadáveres en la calzada, bandidos por doquier, matonismo como única moneda de cambio, y los pocos hogares decentes que quedan están cerrados a cal y canto.
En nuestra entrada al territorio del emperador nos encontramos con cuatro rufianes con ganas de gresca. Peor para ellos. Casi sin pausa, vienen otros ocho rufianes que se creen más listos que los anteriores. Peor para ellos.
Les ha costado, pero nos llevan ante el emperador. Esto es un desastre, una caricatura de corte real que indica la bajeza moral de quien la ocupa.
El tal Pilts Swastel nos conmina a jugar al cerdo de sangre. Son bárbaros hasta en sus diversiones. Tengo que reconocer que aunque crudo, el juego es imaginativo.
Desgraciadamente, no estamos para juegos. Iru y yo vamos dando cuenta de estos fantoches a puño limpio mientras el resto del grupo se entretiene jugando con el maldito cochino. Para su decepción, el emperador no tiene más remedio que llevarnos ante Salvador Alarido.
Lo encontramos mal, muy mal. Tanto que no tenemos más remedio que comunicarle al emperador que nos lo llevamos. El emperador y sus matones se niegan, claro. Peor para ellos.
Salvador está apocado, vacío de esa luz. Por lo menos, podemos sonsacarle dos hechos importantísimos, que nos gustaría comunicar a Cressida cuanto antes. El primero, que el Senescal afirma que el Rey fue asesinado por esos Mantis Rojas a instancia de la propia Reina. El segundo, que el Senescal se encuentra recluido en la mansión Arkona. Junto a Blackjack? Pronto lo veremos.
Laori Vaus, con esa sonrisa inquietante e irresistible, propone cuidarlo. Será su nueva musa?
Comentarios
Próxima parada casa Arjona, allí iremos con toneladas de nuestra peculiar diplomacia.
Como único apunte, fue al revés, la reina asesinó al rey con ayuda de los mantis rojas.
Sólo queda ver cómo de colaboradores serán los Arkona. Y, si no lo son... Peor para ellos XD
El cochino volador!!!