El grupo de aventureros se reúne en la misma taberna del puerto donde conocieron a Grau Soldado, el ambiente sigue enrarecido, a pesar de que han pasado varias semanas desde la crisis del Velo de Sangre.
La Reina Ileosa ha mostrado su verdadero rostro; entre cervezas y vino, Variel, Bensa, Iru y Morgana sopesan cuál será su próximo movimiento.
-"Ir directos a palacio y golpear a esa sucia reina hasta bañar el suelo con su sangre, así descubriremos si es también de color rojo, ese que tanto le gusta" dice Iru mientras gruñe.
-"Debemos ser mucho más precavidos, la Reina sabe que nosotros detuvimos la propagación de la enfermedad y nosotros sabemos que ella estaba detrás de la misma" Comenta Variel entre sorbo y sorbo de cerveza.
-"Se me ocurre que podemos matar dos pájaros de un tiro" apunta Bensa, "lo mejor en este momento, sería desaparecer de Korvosa durante un tiempo, pero evidentemente no nos vamos a marchar dejando la ciudad en manos de...esa, ese, lo que sea Ileosa. Y necesitamos ayuda, un aliado que abiertamente halla mostrado su desacuerdo con la corona".
-"¡Bencarlo!" Gritan los cuatro al unísono.
-"Exacto. No sabemos nada de Bencarlo, debemos encontrarlo y para ello, debemos entrar en vieja Korvosa. Ileosa ha abandonado esa parte de la ciudad a su suerte, no nos encontrarán mientras permanezcamos en vieja Korvosa y por supuesto, no nos vean entrando en ella".
-"De eso me puedo encargar yo, amigos míos, con esta varita y la ayuda de Bensa, entraremos en vieja Korvosa sin ser vistos".
-"¡Brindemos! ¡Por Bencarlo! ¡Por Korvosa!".
A la mañana siguiente nos dirigimos a la parte sur de la ciudad, frente a nosotros agua y una parte sin amurallar, la entrada perfecta para desaparecer y volver aparecer sin que nadie nos vea.
Caminamos juntos, apretando con firmeza las armas que portamos; viejo Korvosa ha cambiado, las calles están casi vacías, hay suciedad por todas partes, el desánimo reina entre los pocos transeúntes que nos cruzamos, el miedo y la desconfianza se refleja en sus rostro.
Para nuestra sorpresa, donde hace unos meses se encontraba la escuela de Bencarlo, ahora sólo queda ceniza y varias vigas quemadas. Iru inspecciona el lugar y descubre señales de lucha en el suelo. La casa de Bencarlo no quedaba lejos, corremos hacia ella y descubrimos, por fortuna, que sigue en pie.
Variel se acerca a la puerta, la llave no está echada, el calor de la chimenea nos reconforta cuando entramos, llamamos a Bencarlo, pero nadie nos responde. Nuestros sentidos nos avisan de que algo no va bien, demasiada calma. Justo en ese instante, un proyectil impacta contra la chimenea y una bola de fuego alcanza a Iru y Variel, en la parte superior de la casa escuchamos el mismo golpe y el sonido de las llamas recorriendo toda la casa. Es en ese momento cuando vemos dos figuras que nos atacan, por sus armaduras los reconocemos rápidamente, son mantis rojas, miembros de la más famosa secta de asesinos en Korvosa, ¿qué demonios están haciendo aquí?
Comienza una lucha encarnizada entre Variel, Iru y los asesinos, mientras el fuego los envuelve en su manto purificador. El combate se traslada a la parte superior de la casa donde muere el último de las mantis.
Morgana y Bensa intentan contener las llamas, entre los cuatro, el fuego es controlado y apagado.
Nuestro joven elfo encuentra un pequeño baúl de cuero negro, escondido en el dormitorio de Bencarlo. En su interior descubrimos las posesiones de alguien que ya conocemos, Black Jack, incluso la semi-orca relaciona rápidamente a Bencarlo con el famoso héroe de Korvosa. Mientras seguimos buscando pistas que nos lleven al paradero de Bencarlo, entra por la puerta Jamil Jalento, un aprendiz de la escuela y antiguo conocido nuestro.
-"¿Qué hacéis vosotros en casa del maestro?".
-"Eso mismo te podríamos preguntar nosotros Jamil, te salvamos la vida una vez, este no es sitio para ti, no tientes a la fortuna otra vez".
-"Por esa misma razón estoy aquí, vuestros actos me inspiraron para cambiar, hacer algo por los demás. Vine aquí buscando aprender esgrima y Bencarlo me acogió en su escuela."
-"Hablando de Bencarlo, dinos Jamil, ¿sabes algo de él?"
-"El maestro lleva semanas desaparecido, exactamente desde de que lo atacarán los mantis rojas, intentaron capturarlo, pero él escapó y los muy bastardos quemaron la escuela".
-"¿Sabes por qué fue atacado?"
-"No tengo ni idea, solo sé que días antes de lo sucedido, tuvo una gran discusión con un famoso pintor de vieja Korvosa, Salvador Alarido".
-"Muchas gracias por la información Jamil, buscaremos a ese tal Salvador, a ver si él sabe donde está Bencarlo o por qué lo atacaron los mantis rojas. Cuídate mucho Jamil, escóndete bien, está zona de la ciudad ya no es segura".
-"Pues ahora que lo mencionas, necesito un favor, ¿podrías sacarme de viaja Kovosa?"
Una sonrisa aparece en la cara de los cuatro héroes, cuando el joven aprendiz les vuelve a pedir ayuda por segunda vez, al menos en esta ocasión no está gritando socorro, ni rodeado por una marabunta de personas.
Morgana agita la varita mágica sobre Jamil mientras le dice: "Corre con todas tus fuerzas, el efecto no durará mucho". Jamil desaparece y su voz se pierde entre las calles mientras grita: "¡Gracias, mil gracias de nuevo, sois mis salvadores!"
Mientras caminamos en dirección a la casa de Salvador Alarido, vemos como la locura se ha adueñado de las gentes de vieja Korvosa.
No sólo la locura campa por las calles, también la codicia se ha apoderado de sus gentes. Durante nuestra marcha, somos asaltados por un grupo de tres medianos, liderados por un enano barrigón, pero estos ladrones no son rivales para los defensores de Korvosa y pagan con su vida aquello que querían robarse.
Ya cerca de la casa del pintor, la zona está medio inundada , algo chapotea bajo el agua, nos acercamos a curiosear y tres Otyughs salen del agua para darnos caza; seguramente no seamos sus primeras presas, es hora de acabar con este peligro que acecha a las buenas gentes de Korvosa.
Mientras Variel ejecuta al último de los engendros con un golpe de gracia, escuchamos aplausos a nuestras espaldas.
Desde la casa de Alarido, una mujer nos aplaude:
-"Genial, ha sido fantástico. Que dulce espectáculo me habéis dado. Y que grata sorpresa también, pues no esperaba encontrar en este lugar a los famosos héroes de Korvosa, ja ja ja, sabía que Loviatar me había guiado a este basurero por un buen motivo, pero jamás pensé que fuera éste. Venid, pasad dentro y charlemos".
Dentro de la casa, vemos cuadros en todas partes, las paredes, el suelo, encima de los muebles...
-"Bien, bien, bien. Mi nombre es Laori Vaus, no hace falta que os presentéis, por supuesto yo ya conozco vuestros nombres, ja ja ja, ¿quién no?"
-"Hola Laori, estamos aquí, porque queríamos hablar con Salvador, ¿no está en su casa?"
-"Pues lamento deciros que no, no está aquí. Pero yo sé donde está, puedo llevaros con él, ja ja ja, mejor, os diré donde está a cambio de un favor, ¿hay trato?"
-"¿Qué trato quieres hacer?"
-"Os digo donde está Salvador, no sólo eso, sino que os daré otro tipo de información que nada tiene que ver con él, información que seguro os va a interesar mucho. A cambio, yo podré acompañaros hasta Salvador, tengo muchas, muchas preguntas que hacerle, es un genio, necesito hablar con él para entender su visión, ja ja ja".
Variel se acerca lentamente hasta Laori, acerca su cara a la suya y dice: "De acuerdo, hay trato, podrás venir con nosotros, pero con una condición, cuando haya algún peligro o combate, te mantendrás al margen, entre nosotros cuatro nos conocemos y sabemos luchar juntos, pero no puedo decir lo mismo de ti, por tu seguridad no tomarás parte."
-"Oh, ¿de verdad? No pensaba que fuerais tan aburridos, pero no tengo elección, tengo que encontrar también a Salvador y solo vosotros me podéis llevar hasta él, ja ja ja.
El Emperador raptó a Salvador, es él quien lo tiene ahora, ya sabéis donde está.
Pero aún queda la segunda información. Cuando buscaba en la casa el rastro de Salvador, encontré un trozo de camisa, una manga para ser más exactos, ¿Sabéis que escudo hay en dicha manga? Mirad, ya veo por vuestras caras que habéis reconocido el escudo. Exacto, es el escudo del Senescal de Korvosa".
Comentarios
Buena currada te has pegado, Martín.
PD: ya las etiquetas han trascendido a un nuevo tipo de expresión artística XD
Ni Stephen King en sus mejores tiempos
Y vamos al rescate de Salvador!!!