Avanzamos escaleras arriba hacia la tercera planta de Muro Cicatriz, las horas se confunden con los días, nuestros ojos ya se han acostumbrado a la falta de luz en este maldito lugar, pero nuestros corazones siguen temerosos a cada paso que damos.
Varias estancias abiertas, nos muestran las maravillosas vistas del castillo; parece que en su día esta zona estuvo destinada a recibir y albergar criaturas aladas.
Es evidente que no estamos solos aquí arriba, aunque el grupo se mantiene siempre alerta, dos demonios atacan por sorpresa a Iru, sus cuerpos están llenos de púas afiladas, la batalla es feroz, la bárbara no puede soportar la presencia demoníaca de los monstruos y huye, la sangre de los demonios se mezcla con la de los aventureros, pero finalmente las criaturas del averno muerden el polvo y son masacradas.
Bensa camina pensativa, es evidente que la maldad acumulada en este lugar afecta a la sacerdotisa de manera diferente. Variel perdió su peculiar sonrisa nada más cruzar las puertas de Muro Cicatriz, es evidente que tantos días en este lugar impío está haciendo mella en todos los aventureros. Las discusiones sobre qué camino tomar, son cada vez más largas, da la sensación de que nadie quiere avanzar más.
Aunque nadie recuerde cómo o por qué, llegamos a una torre circular, de gigantescas proporciones, miramos hacia arriba y vemos el cielo estrellado, no hay ningún techo, ni forma alguna de subir hacia arriba. En ese momento dos gigantescos esqueletos con forma de insectos y cola de animal nos atacan, no están solos, hay algo más, algo sobre nosotros.
Morgana conjura y busca al tercer monstruo, un gran error, pues cuando lo ve, solo puede hacer una cosa, gritar.
Variel e Iru vuelan hacia arriba ignorando a los dos esqueletos que dejan junto a Bensa Morgana, las dos lanzadoras de conjuros se manejan bien en la lucha manteniendo a ralla a los esqueletos. Cuando la magia de invisibilidad desaparece Nihil, portadora de cenizas muestra su horripilante rostro.
Con mucho sufrimiento y tras una lucha encarnizada, el demonio es destruido. Gracias a la intervención de Bensa, los guerreros se recuperan de sus mortales heridas. Ya sólo quedan dos señores, la victoria está más cerca.
Comentarios
Dos de cuatro... Y hoy toca vérselas con el tercero.