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Mostrando entradas de septiembre, 2019

El Asalto al Fuerte Rannick

.. Seguíamos en la Casa de los Horrores, en los sótanos de aquella morada de espanto, sangre y muerte! Poco a poco y sin resuello, nos adentrábamos cada vez más en lo que parecía la pesadilla de una mente enferma y depravada. Rozábamos la cordura con cada portal atravesado, con cada cámara explorada. Apenas unos cuantos retazos de imágenes inconexas recuerdo de todo aquel lugar, como si mi mente luchara por olvidar todo el terror y el asco en el que nos vimos envueltos aquel día. Tras acabar con otro de los engendros ogros y sus repugnantes mascotas (tres ratas de enormes proporciones) en lo que parecía un taller de carpintería macabra, nos topamos con varias mochilas que Soros reconoce como pertrechos de exploradores de su orden, los Flechas Negras. Motivados por este inesperado descubrimiento, continuamos registrando las estancias con azorado brío, esperanzados de encontrar algún rastro de vida en medio de aquel pozo de muerte. Por desgracia, solo encontramos más rastros d...

La cuna de la depravación

Siguiendo la recomendación de Shal, me dispuse a encontrar a los Buscadores del Sihedron. Si se ganaron la confianza de ella, entonces tenían también la mía. La situación era desesperada y estaba convencido de que necesitaríamos cualquier tipo de ayuda. Los encontré, por fin, en la taberna “Culos Arriba”, en Caparazón Ferry. Ciudad que conozco poco, pero en nada se parece a mis recuerdos. El ambiente ameno con el que se relajaban mis camaradas, no tiene nada que ver con este poblado gris y muerto. Y ahí estaban ellos: Los dos guerreros humanos, el enano clérigo de Moradin y el gnomo. Al intercambiar pocas palabras con ellos fui entendiendo la fe que tenía Shal en ellos… salvo del gnomo. Algo tiene esa criatura que no me termina de gustar. Les comento mi preocupación por los Flechas Negras y no tardan en ofrecer su ayuda. Sin embargo, antes tenían que resolver ciertos asuntos en Caparazón Ferry. Para ello hablamos con el alcalde, Maelin Shreed, clérigo de Lathander, quien...

Siete noches

Al joven Soros le tocó vivir una infancia cruda y plagada de violencia en los alrededores de Calimport. Nació en el seno de un grupo de mercenarios, llamados el Clan de las Siete Noches. La principal vía de la que se sustentaba el clan era de secuestrar personas y pedir rescates… Y el nombre del mismo hacía referencia al tiempo que tardaban en ejecutar a sus cautivos de no recibir el pago. Soros nunca se sintió cómodo con ese estilo de vida, pero tampoco se planteaba cambios, ya que tenía aceptado que ese clan era su familia y el lugar que le correspondía. Aún así, se negó en rotundo en participar en los secuestros, así como en la ejecución de prisioneros, lo cual incomodaba a sus compañeros. Sin embargo, demostró su utilidad en las luchas con otros clanes de mercenarios, donde su valentía y talento para las tácticas y estrategia fueron cruciales en más de una victoria. Cuando no había conflictos con otros clanes, ni otros peligros que tratar, Soros pasaba el tiempo haciendo c...

Lucha sobre la Torre del Reloj

       Al final llegamos a lo alto de la torre, una estancia totalmente abierta llena de cofres, alfombras, cojines y telas de seda. Al principio nos pareció ver la silueta de alguien frente a nosotros, pero allí no había nadie, el grupo tomó posiciones a sabiendas de que Xanesha no andaba lejos y justo en ese instante, la punta de una enorme lanza alcanzó al arquero, el acero se clavó en su carne y un sonido ensordecedor aulló desde la lanza hacia el exterior haciendo que estallaran nuestros tímpanos, el ataque había sido feroz y ahora podíamos ver al ser al que nos enfrentábamos, una enorme bestia mitad mujer mitad serpiente, que portaba una gigantesca lanza protegida por una fina armadura de escamas doradas y un casco que ocultaba su rostro.      Era el momento de contraatacar, el pequeño Gnomo concentró su energía sobre los dos guerreros. Acto seguido, una bandada de flechas surcó el aire para impactar contr...