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Mostrando entradas de 2018

Un paso más hacia el Mal

Ah, Strahd, pronto encontrarás la muerte verdadera, y con ella los habitantes de Barovia encontrarán la tranquilidad. No se me quita de la cabeza esa procesión fúnebre en la que almas de aventureros encadenan una noche tras otra de frustración y tortura. En esta ocasión comenzamos nuestra jornada con un nuevo vistazo a la iglesia de Lathander, ahora pasto de la batalla que libramos. Mientras comento con Ravic los aceites que pueden aún aprovecharse del malogrado laboratorio de alquimia, Radek aparece con esa típica sonrisa y una cadena hecha de un mineral de otro mundo. Su fulgor revela magia antigua y poderosa. Que espectáculo, que artes arcanas están contenidas en ese trozo de metal esculpido hasta formar un arma mortal! Y bien sabe Strahd que será una de las víctimas más famosas del mismo.  Sabiendo ya que nuestro siguiente objetivo se halla en la falsa tumba de Sehm, nos ponemos en rumbo a ella. Tengo que admitir que mi recelo hacia Madame Eva se está tornando amistad e i

El destino ante nuestros ojos

Creo que desde que La Symbul me miró a los ojos, en aquellos días que ahora se antojan tan lejanos en Aglarond, no había estado tan seguro de sentir el tejido del Destino siendo hilado por los dioses justo delante de nosotros... Tras recuperarnos durante una noche infernal en La Sangre de la Viña, nos decidimos a partir hacia la iglesia de Lathander. No sin antes recibir una visita nocturna de Strahd en forma de bandada de murciélagos. Sé que quiere vigilarnos, que necesita conocernos. Le daremos ese placer muy pronto. Por mi parte siento hasta simpatía por su uso del escudriñamiento arcano. Como iba diciendo, no tardamos en asaltar la iglesia de Lathander.  Tengo que admitir que ni siquiera yo me esperaba esto: el sacerdote completamente demente, la iglesia plagada de no muertos, los iluminadores convertidos en zombies y lo peor de todo: el hijo del sacerdote convertido en un auténtico insulto a la vida y a la cordura: Sinceramente, creo que con todo estamos dando el

Las puertas del infierno

Barovia...por fin te hemos hallado. Y tanto que esta ciudad es el reverso tenebroso y retorcido de Tanelorn. Donde en una hay vida, en la otra hay muerte. Donde en una hay libertad, en otra hay tiranía. Donde en una encontraríamos la felicidad, aquí parece que vamos a enfrentarnos a la desesperación.  Tengo que admitir que mis compañeros tienen astucia y dotes investigadoras, casi comparables a las mías. En este tiempo estoy aprendiendo a apreciarlos, cada uno con sus habilidades y competencias. Hay tanto que aprender, he de admitir, más allá de las artes arcanas. Que sin embargo son el epítome del poder terrenal, conectando directamente con la Urdimbre, oh Azuth, oh Mystra...tanta belleza y poder en cada flujo de magia que se vierte en Faerûn en forma de conjuro. La cuestión es que nos ponemos pronto sobre la pista de la Ciudad Imposible. No muy lejos de donde la situábamos, ella nos encuentra a nosotros. La niebla nos rodea, haciendo imposible cualquier visión. Ni siquiera

Más fuerte que la tormenta

Los pasos resuenan entre las viejas paredes de piedra, mientras una sombra majestuosa cruza con gracilidad y poderío los antiguos pasillos de la fortaleza. Se asoma a un balcón y disfruta de las vistas que se abren ante él: Su tierra. Más que de su propiedad, esos árboles, esas montañas, esos ríos... son parte de él. Una ráfaga de viento lo golpea, ondeando de forma violenta su capa. La lluvia salpica su cara y recorre sus afilados pómulos hasta llegar a sus labios... pero esa humedad en su boca no sacia su sed. Un relámpago ilumina brevemente su figura... pero ni la potencia de éste es capaz de hacer frente al fulgor y la determinación de su mirada. Encaja sus garras en la balaustrada de mármol mientras una sonrisa cruza su cara. Lleva días esperando este momento. Semanas. Pero ya están aquí. Los invitados que estaban por llegar se encuentran ya en sus dominios. En su hogar. Es hora de que reciban la bienvenida que se merecen. No sería un buen anfitrión si los hiciera es

La sonrisa del Mediano

Inocente, sorprendida y llena de gratitud: esa es la sonrisa de Maese Radek después de que por fin encontremos la cura a su extraña enfermedad. No ha sido una búsqueda fácil, por cierto. Dispuestos a todo, irrumpimos en el sótano de lo que otrora fue una orgullosa torre de una reputada maga. Lo primero que encontramos es a un par de druidas licántropo esperándonos para plantarnos cara. Lo que no esperaban es el conjuro de Ravic, que las saca momentáneamente del combate. Ése es justo el instante que necesito para atraer los Tentáculos negros usando el nuevo código arcano que desvelé justo ayer. Con eso damos la llave a los combatientes para que acaben con el par de glotones enloquecidos. Mystra, que animal tan desagradable...por cierto que ese extraño pentagrama nos muestra la primera imagen de nuestra "compañera". Con el combate en el bolsillo, nos disponemos a seguir nuestro camino por los infiernos. Tengo que admitir que tras esa puerta de metal caliente esperaba

La Enfermedad de Faerûn

Ah, queridos amigos...el primer momento para poner los pensamientos en orden, como única compañera la lluvia que martillea la maltrecha casa y se filtra en gotas incesantes sobre nuestras cabezas. Me duele la cabeza, me acaricio las sienes y empiezo a recordar... En el corto viaje desde la Costa de la Espada reíamos imaginando las aventuras por venir y la redención tras lo ocurrido en Freeport. Casi podemos olvidar estas manchas sobre nuestro cuerpo y alma. Tan pronto paramos a descansar, la realidad nos da en la cara. Y la realidad es que Faerûn está enferma, y que nosotros hemos contribuido a liberar esa enfermedad. No obstante, no podemos desfallecer! Todavía queda mucho que resolver. Así que nos ponemos manos a la obra. Tras dialogar con los extraños mercaderes (tengo que determinar su procedencia, traerán libros de sus tierras?), nos ponemos rápidamente a explorar. Y vaya trampa nos tenían preparada: como si el mundo entero confabulase contra nosotros y nuestras ganas de hac

Un destino peor que la muerte

Contra todo pronóstico (incluido el nuestro), hemos sobrevivido a la Catástrofe de Freeport, como ahora sabemos que se conoce en los Reinos. Aún escupiendo agua salada desde lo más profundo de nuestros cuerpos, descubrimos con horror las manchas sobre nuestra piel que delatan manchas en nuestros espíritus...con la certeza de que esto es solo el principio. Graorburz parece muy deprimido, espero que no pierda la fe. Sobre todo porque su dios creo que no se lo permitiría así como así. El resto del grupo aceptamos la situación como podemos, con distinto grado de éxito. Y pensar que estuvimos tan cerca de acabar con el Dios Amarillo. Tras unos días de camino, descubrimos con horror que algo ha cambiado en Faerûn, distorsionándolo, haciéndolo más retorcido y aberrante. Un compañero de la Orden Arcana nos advierte de cómo se están desarrollando los cambios. Tras una breve (más de lo que me gustaría) visita a Candelero, encontramos una pista sobre la Ciudad Imposible, u

La noche en la que el cielo se quebró

En esa noche de gala, la ciudad se encontraba llena de vida. Turistas de todas partes del mundo se apiñaban en los muelles, junto a vendedores ambulantes de comida y cerveza espesa, mirando todos hacia el mar. Concretamente, a esa construcción monstruosa que se alzaba desafiante hacia los cielos, cuya cúspide emanaba luz hacia la ciudad y hacia el mar profundo. La gente soltaba vítores y chocaba sus jarras cuando el sonido de un millar de cristales inundó todos los rincones de la ciudad. De pronto era de día, con un cielo color amarillo enfermizo. Era como si ese nuevo amanecer fuera la antesala de una nueva era de podredumbre y corrupción. Pero eso no era lo más inquietante en ese momento... sino lo que estaba encima del faro. Vino acompañado de un rugir parecido al de rocas enormes chocando contra el fango. Nadie sabría decir qué forma tenía ni cómo era pues, todo aquel que llegó a observar su llegada, acabó arrancándose los ojos, para luego acabar siendo un cuerpo inerte con

La Bestia

Todavía nos encontramos recuperando el aliento, sangrando, con un cadáver colosal ante nuestros pies, pero todavía en guardia… porque todavía no sabemos si se va a volver a levantar. Todo comenzó hace unos días. Todavía no se han cerrado del todo las llagas que generaron en nuestros cuerpos las llamas de Ashardalon, dragón de dragones, en el Bastión de las Almas. Meliora comenzó a mostrar una preocupación creciente por una criatura mítica que despertaba cada cierto tiempo para arrasar con todo lo que encontraba a su paso, destruyendo las vidas de miles de inocentes. Llevaba tiempo sin ser vista, así que no tardaría mucho en volver a generar el caos. Mi hermano y yo no vimos mayor inconveniente en el problema. A fin de cuentas, veníamos de derrotar a una de las criaturas más temidas de Faerûn, luego todo se resumía en buscar y acabar con un monstruo más. Fue en ese momento cuando Lanthas, más asustado que de costumbre, dijo “Os equivocáis. No es simplemente un monstruo más.

Muerte en Freeport

Poco a poco recobro la consciencia...¿que ha pasado?...ese maldito templo de Yig y esas malditas serpientes...uf, que dolor de cabeza...debemos explorar el templo y encontrar esos objetos: colmillos, veneno y escamas. Ah, sí, de hecho pudimos explorar las catacumbas del templo submarino de Yig. Atestado de sombras, pobres, ya prácticamente recuerdos que eternamente repiten su rutina. Ravic-Aten se emplea a fondo, constantemente usando su amuleto con una luz deslumbrante que estas criaturas no pueden soportar. Tras algunos combates, pudimos encontrar el recuerdo de una voz que sin parar nos ofrecía un acertijo. Gracias al ingenio de Maese Radek, el espíritu nos revela el compartimento de la estatua de Yig donde encontramos el veneno . No muy lejos, el instructor de las serpientes no ha dejado su puesto: Lagertha y Graorburz dan buena cuenta de él antes de que pueda suponer un problema. De este combate obtenemos no sólo las escamas , también una lanza fantasmal que poco después va dar