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Mostrando entradas de diciembre, 2018

Un paso más hacia el Mal

Ah, Strahd, pronto encontrarás la muerte verdadera, y con ella los habitantes de Barovia encontrarán la tranquilidad. No se me quita de la cabeza esa procesión fúnebre en la que almas de aventureros encadenan una noche tras otra de frustración y tortura. En esta ocasión comenzamos nuestra jornada con un nuevo vistazo a la iglesia de Lathander, ahora pasto de la batalla que libramos. Mientras comento con Ravic los aceites que pueden aún aprovecharse del malogrado laboratorio de alquimia, Radek aparece con esa típica sonrisa y una cadena hecha de un mineral de otro mundo. Su fulgor revela magia antigua y poderosa. Que espectáculo, que artes arcanas están contenidas en ese trozo de metal esculpido hasta formar un arma mortal! Y bien sabe Strahd que será una de las víctimas más famosas del mismo.  Sabiendo ya que nuestro siguiente objetivo se halla en la falsa tumba de Sehm, nos ponemos en rumbo a ella. Tengo que admitir que mi recelo hacia Madame Eva se está tornando amistad e i

El destino ante nuestros ojos

Creo que desde que La Symbul me miró a los ojos, en aquellos días que ahora se antojan tan lejanos en Aglarond, no había estado tan seguro de sentir el tejido del Destino siendo hilado por los dioses justo delante de nosotros... Tras recuperarnos durante una noche infernal en La Sangre de la Viña, nos decidimos a partir hacia la iglesia de Lathander. No sin antes recibir una visita nocturna de Strahd en forma de bandada de murciélagos. Sé que quiere vigilarnos, que necesita conocernos. Le daremos ese placer muy pronto. Por mi parte siento hasta simpatía por su uso del escudriñamiento arcano. Como iba diciendo, no tardamos en asaltar la iglesia de Lathander.  Tengo que admitir que ni siquiera yo me esperaba esto: el sacerdote completamente demente, la iglesia plagada de no muertos, los iluminadores convertidos en zombies y lo peor de todo: el hijo del sacerdote convertido en un auténtico insulto a la vida y a la cordura: Sinceramente, creo que con todo estamos dando el

Las puertas del infierno

Barovia...por fin te hemos hallado. Y tanto que esta ciudad es el reverso tenebroso y retorcido de Tanelorn. Donde en una hay vida, en la otra hay muerte. Donde en una hay libertad, en otra hay tiranía. Donde en una encontraríamos la felicidad, aquí parece que vamos a enfrentarnos a la desesperación.  Tengo que admitir que mis compañeros tienen astucia y dotes investigadoras, casi comparables a las mías. En este tiempo estoy aprendiendo a apreciarlos, cada uno con sus habilidades y competencias. Hay tanto que aprender, he de admitir, más allá de las artes arcanas. Que sin embargo son el epítome del poder terrenal, conectando directamente con la Urdimbre, oh Azuth, oh Mystra...tanta belleza y poder en cada flujo de magia que se vierte en Faerûn en forma de conjuro. La cuestión es que nos ponemos pronto sobre la pista de la Ciudad Imposible. No muy lejos de donde la situábamos, ella nos encuentra a nosotros. La niebla nos rodea, haciendo imposible cualquier visión. Ni siquiera

Más fuerte que la tormenta

Los pasos resuenan entre las viejas paredes de piedra, mientras una sombra majestuosa cruza con gracilidad y poderío los antiguos pasillos de la fortaleza. Se asoma a un balcón y disfruta de las vistas que se abren ante él: Su tierra. Más que de su propiedad, esos árboles, esas montañas, esos ríos... son parte de él. Una ráfaga de viento lo golpea, ondeando de forma violenta su capa. La lluvia salpica su cara y recorre sus afilados pómulos hasta llegar a sus labios... pero esa humedad en su boca no sacia su sed. Un relámpago ilumina brevemente su figura... pero ni la potencia de éste es capaz de hacer frente al fulgor y la determinación de su mirada. Encaja sus garras en la balaustrada de mármol mientras una sonrisa cruza su cara. Lleva días esperando este momento. Semanas. Pero ya están aquí. Los invitados que estaban por llegar se encuentran ya en sus dominios. En su hogar. Es hora de que reciban la bienvenida que se merecen. No sería un buen anfitrión si los hiciera es

La sonrisa del Mediano

Inocente, sorprendida y llena de gratitud: esa es la sonrisa de Maese Radek después de que por fin encontremos la cura a su extraña enfermedad. No ha sido una búsqueda fácil, por cierto. Dispuestos a todo, irrumpimos en el sótano de lo que otrora fue una orgullosa torre de una reputada maga. Lo primero que encontramos es a un par de druidas licántropo esperándonos para plantarnos cara. Lo que no esperaban es el conjuro de Ravic, que las saca momentáneamente del combate. Ése es justo el instante que necesito para atraer los Tentáculos negros usando el nuevo código arcano que desvelé justo ayer. Con eso damos la llave a los combatientes para que acaben con el par de glotones enloquecidos. Mystra, que animal tan desagradable...por cierto que ese extraño pentagrama nos muestra la primera imagen de nuestra "compañera". Con el combate en el bolsillo, nos disponemos a seguir nuestro camino por los infiernos. Tengo que admitir que tras esa puerta de metal caliente esperaba