Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2021

Las fauces del desierto

 Todo parece arder en las Tierras Cenicientas: el aire, la tierra, el propio horizonte...me resigno, hemos venido a salvar a Korvosa y eso vamos a hacer por dura que sea la prueba. Y bien dura que lo es! Vamos adelante con nuestro plan para que Bensa se introduzca dentro de Fauces de Ceniza. En primer lugar, no resulta fácil encontrarlo a pesar de las indicaciones de los Matadores de Huesos. Con ayuda de unos pequeños seres del plano elemental de la Tierra, encontramos la dirección de nuestro oponente. Estamos ante Fauces de Ceniza: El espectáculo es impresionante. Una sierpe hecha de lava y tierra dura tan grande como el castillo del Rey Azoun IV de Cormyr y tan alta como la torre de Candelero. Los Matadores de Huesos ponen distancia entre ellos y Fauces de Cenizas. Morgana, Iru y yo volamos hacia arriba para ponernos a salvo. Bensa, mostrando más temple del que cabría esperar en un solo ser se le queda plantando cara. Tengo que confesar que nuestro encuentro con Fauces de Cenizas tuv

Huída de Korvosa

 Tras terminar con Glorio, recorremos su mansión en busca de posibles tesoros, no queremos dejar atrás nada de valor que podamos encontrar. La casa está llena de trampas y puertas ocultas, avanzamos despacio pero con firmeza, mientras saqueamos todo lo que vemos  a nuestro paso. Descubrimos cómo los Arkona habían tejido una red de negocios ilegales por todo viejo Korvosa. Una vez terminado el expolio, el Senescal de Korvosa nos cuenta todo lo que sabe sobre Ileosa: -"La reina tenía por costumbre visitar los sótanos de palacio, conocíamos de sus pequeñas escapadas ocultas a las zonas prohibidas de la antigua pirámide, sobre la que se erigió el castillo de Korvosa." "Pero en una de sus visitas algo había cambiado, no parecía la misma. A partir de ese momento empecé a sospechar, y más tarde cuando el rey murió, supe que había sido ella". "Intenté detenerla, pero nada pude hacer; escapé y pedí cobijo a mi viejo amigo Alarido".  "Alarido llevaba tiempo cre

Lo que ocultaban los Arkona

 Pocas cosas hay que odie más que no encontrar mi orientación. Y en este maldito laberinto, bien que me ha costado. Abandonamos de una vez por todas este condenado sitio para retomar fuerzas a las puertas de la prisión de Neolandis Kalepopolis, antiguo Senescal y posiblemente llave a este misterio. Una vez recobrados tras una noche entre humedad, oscuridad, ruidos escurridizos y la certeza de que algo nos acecha, damos un trago de agua fresca a la cantimplora y nos disponemos a cumplir con el rescate. La entrada a la cárcel no es cosa fácil. Una criatura de pesadilla que son varias mujeres gigantes en una nos planta frente. Intento rodearla, buscar su punto débil, fintar...todo en vano. No deja ni un solo ángulo sin proteger. Curiosamente, siento en mi interior que algo liga nuestros destinos. Por suerte, no hay mucho tiempo para indagar en ellos tras los golpes de Iru. Somos los Héroes de Korvosa. Rescatamos a Neolandis de un potro de tortura, y tras una breve conversación con Vencarl

El laberinto circular

La comunidad de aventureros continúa avanzando por la mazmorra, bajo el Jardín de los Arkona. Llegan a un pasillo lleno de símbolos grabados en piedra, que termina en dos grandes puertas de acero. Variel comprueba que no hay trampas y avanza. Al entrar en la estancia percibimos un peligro, algo o alguien nos observa. La habitación es pequeña, con una puerta al fondo y una palanca en el otro extremo, es imposible saberlo, ¿cómo podrían? Pero en ese mismo instante los héroes de Korvosa acaban de entrar en el Laberinto de Arkona.  Cuatro cámaras circulares interconectadas por varias entradas y salidas; cada vez que se acciona una de las palancas, todo el laberinto cambia. Aunque Iru se empeña en avanzar con rapidez, Variel se toma su tiempo examinando las posibles trampas escondidas en cada rincón. El laberinto es una trampa en sí mismo, pero con el paso del tiempo tiempo y los cadáveres que yacen en su interior, finalmente se ha transformado en una tumba. Tras sortear diversos glifos y t