La actividad era frenética, los soldados se apostaban en las almenas, el sheriff Hemlock junto con la alcaldesa organizaban las defensas mientras guiaban a los ciudadanos a los sótanos de la antigua fábrica de cristal.
En la torre más alta de Cala Arenosa Thorik vigilaba cualquier señal que indicara la llegada del enemigo. Un fuerte estruendo sonó a lo lejos en el bosque, los pájaros huían en desbandada. La primera orda de gigantes se acercaba a Cala Arenosa.
Los héroes retornados salieron al encuentro de los gigantes, Dorkas se lazó directa hacía el enemigo seguida de Soros mientras Thorik, Glin y Stolas se quedaban rezagados. Los gigantes aprovecharon la distancia que los separaban para lanzar enormes piedras y así retrasar el ataque del grupo, la lucha fue caótica, mientras caída el último gigante una fuerte explosión resonó en el interior del pueblo y por un instante una enorme sombra sobrevoló Cala Arenosa.
Sin hacer caso a la bestia voladora, el grupo de aventureros avanzó hacia la calle principal del pueblo, donde varios Gigantes acompañados de unos extraños felinos con tres ojos arrasaban con todo aquello que se encontraban a su paso. Mucho mejor organizados que en el primer encuentro, haciendo uso de la magia para potenciar los ataques letales de Soros, Dorkas y Stolas los gigantes fueron masacrados en el acto, pero el ataque continuaba y no había tiempo que perder, un dragón rojo quemaba y golpeaba el bastión de Hemlock, pero a pesar de la magnífica bestia y el reto que suponía enfrentarse a ella, los retornados de Sandpoint vieron como el líder de aquel ejército de gigantes comandaba sus tropas para reducir a cenizas el lugar, con unas simples miradas y al grito de '¡'Por SandPoint!'' cargaron contra el infame gigante.
Teraktinus era su nombre, su piel era basta, seca y del color de la piedra, portaba dos picos enormes los cuales utilizaba con gran soltura y habilidad. Tras ver a los héroes de Cala Arenosa correr hacia él sonrió, gritó y alzó sus dos picos contra los héroes retornados. La batalla prometía ser épica y el final decidiría el destino de todas las personas de Sandpoint.
Las fuerzas estaban igualadas, las flechas de Stolas rebotaban contra el gigante de piedra, solo los ataques continuados de Soros y Dorkas parecían hacer mella en Teraktinus. Junto a él otros dos gigantes luchaban para defender a su rey y un tercero en discordia, un lanzador de conjuros estaba de su lado dificultando aún más la lucha. Para colmo de males en mitad de la batalla un nuevo enemigo surgió entre las nubes cubriendo el cielo de llamas, Longtooth el dragón rojo acudía en la ayuda de su amo.
Fuego, golpes, cortes, fechas, hechizos y conjuros se sucedían a un ritmo endiablado, uno a uno los gigantes fueron cayendo, tras Teraktinus, el único que continuaba en pie era el Dragón Rojo que no tardó en morder el polvo también.
Los héroes de Sandpoint alzaron la vista y vieron como los pocos gigantes que seguían con vida huían dejando tras de si todo el botín que habían intentado robar durante el saqueo, los edificios estaban reventados, pero los habitantes seguían sanos y salvos tras los muros de la vieja fábrica.
Thorik se acercó a Teraktinus y curó levemente sus heridas, cuando el gigante recobró el conocimiento una nube de enorme tristeza envolvió su pétreo rostro. Derrotado y vencido, solo hizo falta la promesa de dejarle con vida y que abandonara por siempre jamás aquel lugar, a cambio de toda la información que podía contarnos; fue así como descubrimos que el cacique gigante seguía las órdenes de Mogmurian, el señor de los gigantes y su misión consistía en arrasar Cala Arenosa y robar una pieza de la vieja luz.
Señor de las siete tribus, sabemos que Mogmurian se encuentra en el valle de la Torre Negra, tras los Picos del Hierro en la fortaleza Jorgenfist, más allá de las escaleras de Storval.
Comentarios
Menudo empezar ha tenido el cuarto libro... a ver qué se reserva para el final.