La gigante de piedra nos indica con gestos que nos acerquemos a ella, a pesar de su aspecto no parece una amenaza y al acercarnos nos susurra que la sigamos. Nos guía por la galería de túneles ante un altar y una pared pintada con escenas de caza, gigantes y muerte, allí nos dice su nombre, Conna y nos pide ayuda para terminar con la locura de Mokmurian.
Tiempo atrás Mokmurian fue exiliado de su tribu por utilizar las artes prohibidas, pero tras varios años regresó de su exilio, retó y venció al líder Vandarek. Bajo su mando Mokmurian viajó con su tribu hasta Jorgenfist y frente a un altar azotó a Vandarek hasta su muerte.
Conna era la mujer de Vandarek y el altar donde murió es la pintura frente a la que nos encontramos y donde nos cuenta su historia.
Año tras año Mokmurian ha ido doblegando al resto de tribus de gigantes, solo falta que los gigantes de la escarcha se unan a su ejército y así comenzará su guerra contra el Vasto y contra el mundo.
Consolamos a la pobre gigante y damos nuestra palabra de que pondremos fin a Mokmurian y liberaremos de su yugo a todas las tribus.
Abandonamos el altar, las oraciones y sollozos de Conna se pierden poco a poco, mientras ascendemos hacia la superficie de Jorgenfist, donde se encuentra nuestro próximo destino, la Torre Negra.
En el exterior vemos la imponente construcción frente a nosotros, debemos ir con cuidado pues el lugar está lleno de enemigos, Arpias, Ogros y Rocs nos rodean, sopesamos donde vamos a comenzar el ataque y a quien vamos a derribar primero, cuales van a ser los hechizos y conjuros defensivos con los que contar, preguntamos a Glin, pero el gnomo no responde, tras una rápida deliberación decidimos que las arpías van a ser nuestro primer objetivo y nos lanzamos al ataque.
Soros abre un portal y aparecemos junto a las tres arpías, que se encontraban realizando un extraño canto en una de las torres de Jorgenfist, los sonidos nos aturden pero nuestros golpes caen con fuerza y sorpresa ante las tres bestias, Thorik nos protege con sus rezos a Moradin, la espada de Dorkas carga con fuerza contra las arpías, la corriente mágica de Soros las hiela y quema, mientras que Stolas llena el cielo con sus flechas y entre tanto caos el escurridizo gnomo hace acto de presencia.
Cuando las arpías caen llega la segunda oleada.
Dos Rocs se lanzan hacía nosotros, Dorkas no se lo piensa y gracias a la magia de Soros vuela hacia el encuentro de las gigantescas aves, una enorme bola de fuego explota en el aire y ambas bestias caen al suelo.
Es el momento de la tercera oleada, los gigantes de piedra.
Desde el suelo y desde la misma torre en la que nos encontramos somos atacados por cinco gigantes de piedra que nos lanzan rocas o golpean con sus colosales mazas. Pero los gigantes no son ya ninguna amenaza para nosotros, nos hemos enfrentado muchas veces contra ellos y conocemos sus tácticas y trucos.
Tras el final del combate, solo nos queda inspeccionar los edificios de la fortaleza y poner rumbo a la Torre Negra.
Abrimos la puerta y en el interior vemos sentados a dos gigantes de la escarcha, no parecen sorprenderse, gruñen y se levantan con desgana, nos miran con una enorme indiferencia y aburrimiento, agarran sus armas y comenzamos una pelea de la que no podemos escapar.
Decepcionados por la poca resistencia que los gigantes de la escarcha han ofrecido, nos dirigimos hacia la Torre Negra, no hay nadie haciendo guardia en su entrada, al abrir las puertas un escalofrío nos recorre a todos el cuerpo y en su interior un frío antinatural nos hiela la sangre. La estancia se encuentra completamente vacía solo una trampilla mal ocultada en el suelo nos llama la atención, abrimos y un agujero sin escaleras, totalmente liso baja hacia una oscuridad total, mediante magia y cuerdas bajamos, los primeros en llegar son Dorkas, Glin y Soros; se encuentran en una estancia circular, entre las sombras dos pequeñas luces verdes danzan frente a ellos, sin hacer ruido, casi como si levitara aparece una figura envuelta en jirones de tela y portando una extraña caja entre sus manos.
La criatura es más rápida de lo que parece y sin dejar caer la caja, asesta golpes con una rapidez y fuerza que no esperábamos, tras el primer intercambio de hostias, aparecen en escena Thorik y Stolas, la criatura es muy poderosa, pero el grupo está bien coordinado y la superan en número.
Tras recibir el golpe mortal el monstruo cae lentamente al suelo, desvaneciéndose poco a poco y justo al tocar la fría piedra, explota en una explosión de color verde inundando toda la sala.
Todos parecen reponerse a tan repentina explosión, todos menos Glin que tose y vomita tras inhalar el mortal veneno. Por un instante el gnomo parece que ha perdido su sonrisa. Paso a paso se acerca a la caja que se encuentra en el suelo, la coge y comienza a inspeccionarla, el frío es cada vez mayor y ya agotados por los combates decidimos refugiarnos en un edificio limpio y despejado de Jorgenfist.
Mientras curamos nuestras heridas, Glin descubre que la caja tiene un complejo mecanismo para abrirse, lo intenta varias veces, pero parece imposible dar con el código correcto, Soros le ayuda, pero tras un último intento, deciden dejarlo y probar suerte en la mañana con los primeros rayos de sol.
Tras descansar y con fuerzas renovadas parece que tanto Soros como Glin están más despejados y consiguen abrir la caja, en su interior varios pergaminos que han de sacar con sumo cuidado, incluso haciendo uso de la magia, información sobre una Biblioteca y quizás lo que Glin estaba esperando, El Archivo Anatema.
Volvemos al interior de Jorgenfist, no sabemos muy bien por donde retomar nuestro camino, pero decidimos por comenzar por las puertas marcadas con la estrella de siete puntas, El Sihedron.
Otro gigante, con el cuerpo lleno de runas nos esperaba dentro, una lluvia de flechas se clava en el gigante, fin del combate. La estancia es extraña, donde ya no pisamos fría piedra sino hierba y tierra, en las paredes cadenas, grilletes y un enorme caldero lleno de brasas y ascuas, la sala es un lugar de tortura donde quizás marcaban a los gigantes con el símbolo del Sihedron.
Continuamos avanzando por la galería, ¿pero qué haremos? ¿limpiar el lugar de las bestias que lo pueblan o bajar rápido en busca de Mokmurian?
Comentarios
Con ganas de que llegue la próxima sesión!! :)
La crónica y las imágenes guapísimas.
Qué ganitas de jugar mañana, aunque con pena porque nos faltará nuestro explorador 😞