El campamento Shoanti es un completo caos de fuego y arena. Gárgolas y mantis rojas a un lado hacen su espectacular entrada, los bárbaros de las llanuras se reorganizan al otro, junto a ellos los héroes de Korvosa empuñan sus armas y se preparan para la batalla.
Una mantis roja de singular armadura da un paso al frente con los brazos en alto, grita para que todos puedan oirle:
-"Honorable pueblo Shoanti, no hemos venido para haceros daño, solo queremos a los extranjeros que se hacen llamar "Los Héroes de Korvosa", no queremos un baño de sangre en esta sagrada tierra, entregadnos a esa escoria que se esconde entre vosotros y nos marcharemos en paz".
Krojun se adelanta, mira hacia su pueblo y posa su mirada sobre Variel, Iru, Bensa y Morgana, da un paso al frente y mirando hacia el ejército de mantis rojas que tiene al frente grita:
-"Los únicos extranjeros que veo aquí los tengo frente a mí, unos mierdecillas que no saben donde se han metido... ¡A mí Shoanti! ¡Por nuestros ancestros! ¡Por la Gloria! ¡Muerte al invasor!"
Con un grito ensordecedor Krojun se lanza de cabeza al combate, seguido por sus guerreros y por los aventureros aullan y chillan junto al pueblo shoanti.
Las gárgolas y los mantis rojas son unos adversarios formidables, pero no esperaban tal respuesta de violencia, una nube de polvo y sangre envuelve la lucha, poco a poco los gritos se van disipando igual que la nube, los héroes ahora ven más claramente como Krojun sigue en pie, aunque a duras penas, su cuerpo está cubierto de saetas y sangre, un Escoria carga su ballesta para asestar el golpe final, pero los héroes nunca abandonan a sus amigos, con un carga mortal Iru se planta frente al Escoria, Variel se coloca detrás del enemigo sin que éste pueda hacer nada, la lluvia de cortes y tajos es tán rápida, que el adversario muere sin saber realmente que le ha golpeado.
Miramos de nuevo y vemos como no queda ningún enemigo en pie, Krojun alza su mano al aire, todos lo imitamos y gritamos:
-¡"Victoria!'Naljares!¡Naljares!¡Skar!¡Skar!"
Por fin vemos cómo los recelos de los Skar se han disipado, ahora ya no somos tshamek, somos Shoanti.
Tras la batalla, esa misma noche, el shaman de los Skar Kuag nos reúne en el lugar sagrado conocido como El Círculo de los Espírtus, sentados alrededor de unas runas pintadas en el suelo, entre el humo y las llamas, el shaman comienza a rezar en una lengua extraña y del humo vemos como aparece la figura de Zelara y de su voca surgen cientos de voces:
-"Estáis aquí porque queréis conocer la historia de Kazavon, también conocido como "Los dientes de la media noche. Hace miles de años un dragón dominaba el mundo con mano de hierro, su crueldad era conocida en cada rincón del planeta, tal era su tiranía que un grupo de magos, junto al pueblo shoanti y un singular héroe, se unieron para dar fin al tirano. En Muro Cicatriz dieron muerte a Kazavon, pero el poder vital del dragón era tan grande, que no pudieron destruirlo, por ello dividieron su cuerpo en diferentes partes que escondieron por todo el mundo, para que jamás fueran encontradas y Kazavon no pudiera regresar jamás".
"Pero un día, una malvada reina encontró una parte de Kazavon en los sótanos de su castillo, una corona, La corona de los colmillos de Media Noche y eso despertó a la bestia"
"Debéis buscar el filo que mató a Kazavon, buscar al héroe, las cuatro cadenas deben ser rotas y forjadas de nuevo, para que evitar la destrucción total de todo lo que conocemos".
El fuego se apaga, el humo desaparece junto a Zelara, debemos volver a Korvosa, la información es confusa, pero allí tenemos aliados que nos ayudarán en nuestra lucha contra Ileosa.
Los héroes se despiden del pueblo Shoanti, hace semanas llegaron como extraños y ahora se marchan como iguales, en sus rostros y en su interior algo ha cambiado.
De vuelta a Korvosa, nos reunimos con Cressida, la situación ha empeorado y ahora impera la ley marcial. Tenemos unos inesperados aliados, la iglesia de Kelenvor, el gremio de ladrones y un plan; asaltar el edificio Largo Acre.
Debemos entrar sigilosamente, liberar a los prisioneros que encontremos, buscar información, acabar con cualquier hostilidad que nos encontremos y finalmente VOLAR POR LOS AIRES EL LARGO ACRE.
Comentarios
Y sí, empieza la revolución... Y ninguna revolución que se precie empieza sin ningún edificio en llamas...