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El fin de Mokmurian



   Continuamos caminando por aquellas extrañas salas y pasillos en busca de Mokmurian, sabíamos que la confrontación final se hallaba a cada paso que dábamos. Abrimos unas enormes puertas de bronce y accedimos a una sala custodiada por tres extraños perros de mirada vacía e inteligente que nos atacaron nada más vernos.


   Dos de estos gigantescos perros se teletransportaron justo a nuestro lado, mientras Dorkas lanzaba sablazos en todas direcciones golpeando a los perros, Soros los remataba con su estoque. Y el único perro que no se había acercado a nosotros murió saeteado por las flechas de Stolas.

   La habitación se encontraba vacía, seguimos acercándonos a nuestro objetivo y dimos con una puerta con el símbolo del Sihedron tallado en la madera, nuestro instinto nos decía que tras aquella puerta nos aguardaba Mokmurian, Torik comenzó a conjurar hechizos de protección a nuestro alrededor, estábamos listos para enfrentarnos al líder de las siete tribus de los gigantes de piedra.


   Tras la patada en la puerta una densa niebla de color verde nos complicaba el paso y la visión, todos los que nos encontramos en el interior de la extraña niebla comenzamos a toser y vomitar, había que salir inmediatamente de aquella nube nociva. Corrimos hacia delante sin detenernos, en mitad de la carrera un rayo rojizo surgió atravesó el gas golpeando a Stolas, el cuál se frenó en seco tosiendo sangre, por un instante parecía que no iba a continuar, pero siguió corriendo detrás del grupo. Fue Dorkas la primera en salir de la niebla y ver con sus propios ojos al gigante Mokmurian.


   Soros también apareció de entre la niebla, de sus manos salieron disparadas telarañas que impactaron contra Mokmurian, el techo y el suelo, dejando al gigante atrapado e inmovilizado. Dorkas golpeaba sin demasiado acierto, mientras que todas las flechas de Stolas eran desviadas por la magia del cacique gigante. Mokmurian se liberó fácilmente de la telaraña e invocó una nueva niebla para evitar que nos acercásemos a él.


   El gigante golpeaba y retrocedía, pero poco a poco fue arrinconado por el grupo de aventureros, de repente Soros golpeó con su estoque a Mokmurian y unos rayos electrizantes surgieron del arma recorriendo todo su cuerpo, empezó a oler a carne quemada en toda la estancia, Mokmurían cayó fulminado golpeando el suelo con violencia, comenzó a convulsionar y en un imposible escorzo se levantó, sus ojos eran de un extraño color verde brillante y de el emanó una voz distinta, humana:

"Así que sois vosotros los héroes de esta era, sabed que solo sois gusanos a los que aplastaré cuando despierte a los ejércitos de Xin-Shalast, será el momento en el que el nombre de Kalzoug vuelva a alzarse en esta tierra maldita"

   Por segunda vez el cuerpo de Mokmurian golpeó el suelo y el silencio se hizo en la estancia, registramos su taller donde encontramos la llave de la biblioteca, un mapa del Vasto con pistas sobre una extraña forja y un suculento tesoro.

   Usamos la llave para acceder a la biblioteca de Jorgenfist, no sin antes de decir el nombre del guardian de aquel lugar, para evitar así evitar luchar contra él. En su interior dimos con un extraño constructo que nos ayudó a localizar los libros que necesitábamos para descifrar las notas del taller de Mokmurian. Tres días y tres noches estuvimos en aquel lugar leyendo libros y más libros sobre Xinsalast, Kalzoug, Xialasa o el Sihedron. Entre los muchos conocimientos que allí adquirimos quizás el más relevante fue el de la existencia de una forja rúnica, el único lugar donde conseguir un poder capaz de dañar a Kalzoug.

   Volviendo a la superficie Conna nos estaba esperando, subimos con ella hasta un balcón donde todos los gigantes de las siete tribus nos miraban inquietos, Soros habló en nombre de todos: "Sois libres para volver a vuestras tierras, la guerra ha terminado y Mokmurian ha muerto". Lanzó la cabeza del gigante a los pies de la fortaleza, todos los gigantes se agitaron al principio, pero tras comprobar que su líder había muerto, poco a poco fueron recogiendo sus campamentos y abandonando la fortaleza de Jorgenfist.



   Ya en Riscorbo, mientras organizábamos nuestros próximos movimientos y vendíamos todos los tesoros acumulados en nuestros viajes, recibimos la visión de Cala Arenosa, un nuevo cataclismo se cernía en nuestro amado pueblo. Nuevamente éramos llamados a salvar las vidas de sus habitantes y nuestros amigos.



Comentarios

Juanjo ha dicho que…
Nuevamente sois llamados, para de esta vez encaminaros a la salvación o destrucción de todo Faerûn
Red Langosta ha dicho que…
Los héroes de esta era... Cuantas veces se habrá recorrido este ciclo? Seremos aquellos que le pongan fin?

Y respecto a Sandpoint... Ya lo dije en la partida... Está claro que los dioses la han tomado con la ciudad y la quieren cubierta de ceniza. Igual deberíamos montar nuestras tiendas en un sitio alto y suficientemente alejado, convocar el festín de los héroes, y ver el espectáculo de fuegos artificiales mientras tomamos dátiles y cerveza espesa
Red Langosta ha dicho que…
Por cierto... Muy buena crónica! Muy bien descrito el combate, que fue duro y épico
Dorkas ha dicho que…

Crónica muy buena y las imágenes molan mucho
A seguir batallando!!!!

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