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Mostrando entradas de junio, 2020

La Avaricia Rompe el Saco...

El tiempo es el bien más preciado que nos dieron los dioses. Las riquezas obtenidas, las experiencias vividas, las almas encarnadas que se cruzan en nuestro camino... vienen y van. Pero el tiempo transcurre inexorable, sin que haya posibilidad de regreso. Llegas a este mundo sabiendo que tu existencia es finita… Mas nada de esto es así en esta extraña dimensión. Aquí el tiempo se ha detenido por obra de una poderosa y antinatural magia; una magia que imbuye cada rincón de este plano de arcana artificialidad… Y el sector del Señor de la Avaricia no era una excepción. Después de dejar atrás la sala de los diablillos en remojo, nos adentramos por los pasajes y cámaras del complejo. Buena información nos dieron los demonios acuáticos y así tenemos cierta idea de lo que encontraremos tras cada habitáculo visitado y cada recodo doblado. La arquitectura simétrica del lugar aventura y predice qué encontraremos a uno y otro lado… Entramos en una cámara, ocupada por una pila...

Un paseo pegajoso

Llegamos al laberinto rezumante de la Pereza, un lugar infectado por mosquitos, salas inundadas de agua contaminada, musgo y fango en las paredes, el zumbido intenso de los insectos no nos deja concentrarnos, el olor es intenso, tanto que las primeras arcadas comienzan a sonar entre nosotros. Es difícil moverse entre tanta suciedad por lo que el grupo recurre a sus hechizos, Soros y Sumak vuelan sobre la espesa agua pantanosa y el resto del grupo les seguimos gracias al ingenioso disco volador que Soros invoca.   En la primera sala que visitamos encontramos unos enormes tubos por los que parece rezuma lentamente toda la suciedad que llena el lugar. Descendemos frente a tres palancas, "Apertura de Puertas", "Portal" y "Limpieza ¡Precaución!" rezan en cada palanca. Empezamos a dialogar sobre si activar el mecanismo y ver que ocurre, sin percatarnos de que algo se acerca lentamente bajo el agua infecta. Solo Sumak reacciona con rapidez alzando la voz...

El precio de no morir

Seguimos nuestro camino en este centro de investigación de todos los pecados. Un lugar que alimenta lo peor de cada uno y, poco a poco, va mermando lo bueno. Cada paso es una prueba a nuestra parte oscura… y siento que, si nos quedáramos aquí el tiempo suficiente, acabaríamos perdiendo esa chispa con la que hemos llegado tan lejos. Menos mal que sólo quedan cuatro. Nos dirigimos a nuestro siguiente objetivo, la sala de la nigromancia, el pecado de la gula. Nada más entrar noto cómo me falta el aire, mi espada me pesa y el dolor de cabeza hace que no sea capaz de centrar mi mente. Me toca pagar el precio de haberme sentido tan cómodo danzando entre súcubos. Como no podía ser de otra forma, esta sección de la forja rúnica es gélida. No hemos dado dos pasos cuando nos recibe el comité de bienvenida: una decena de no muertos envueltos en vendas nos rodean. Sabemos que son peligrosos, por lo que nos centramos en acabar con ellos en el menor tiempo posible. Descubrimos q...

Reflejos de Muerte y Decadencia

Hay momentos en los que la esperanza se desvanece cual fugaz bruma matutina y un cruel abatimiento ensombrece nuestra ánima. Sin embargo, cuando todo parece perdido sin remedio, una llama prende en nuestros corazones, cuál rojo fuego de forja que deshace nuestras dudas y nos infunde el valor del divino Moradin. El azaroso sino juega con nosotros, mas el sonar del martillo sobre el yunque guía nuestro destino en este lugar maldito. En la gran catedral de la lujuria, abatidas nuestras tentadoras enemigas, nos apremiamos a buscar aquello que anhelamos pero que nos rehuye inexorable. ¿Será el látigo doliente el objeto que buscamos? ¿O que otra perversa posesión de las súcubos del infierno necesitamos? Sin conocer la respuesta, nos apropiamos de todo aquello que encontramos por si nos fuese útil. Pero antes de abandonar semejante templo de las tentaciones, liberamos al último superviviente de las jaulas de plata y oro... El desgraciado amasijo de demencia, todo lo que queda de un an...