Ir al contenido principal

¿Dónde está Zellara?

 


Las puertas de Muro Cicatriz están abiertas y, nada más cruzarlas, sentimos un escalofrío y notamos como si alguien nos estuviera observando. De repente mi bolsillo tiembla y Zellara se materializa, en ese instante unos espíritus la agarran y se la llevan al interior del Castillo, y tristemente la baraja pierde todo su brillo.



 
Nos encontramos con un pasillo lleno de agujeros en sus paredes, y al fondo se ve un rastrillo que nos prohíbe seguir nuestro recorrido. Gracias a Variel y a su forma gaseosa, descubrimos que no estamos sólos. Morgana con su gran poder intenta que todos podamos entrar en esa habitación, pero el Castillo no se lo permite.

Rezando a mi Diosa, logro transformar la piedra de las paredes y así logramos entrar en esa habitación en la cual nos esperan dos minotauros esqueletos. Con la ira de Iru los minotauros no tardan en caer.

Subimos unas escaleras y vemos otra habitación con un mecanismo que intuimos sirve para bajar y subir el rastrillo de la planta baja, en ese habitáculo hay otros cuatro minotauros que logramos noquear rápidamente, pero logran dejar a Iru bastante tocada.

Los escalofríos no se van, pero la adrenalina de la lucha nos hace seguir adelante sin miedo.

Bajamos y lo siguiente que vemos es un espectáculo dantesco, montañas de cadáveres y trozos de orcos y humanos formando una masa amorfa y deforme. Los ojos de ese amasijo nos miran y rápidamente apresan a Iru, aunque salimos victoriosos, esta batalla nos hace temblar.

Seguimos avanzando y lo que encontramos son más cadáveres desmoronados, pero hay uno que está todavía intacto. De repente se escuchan ruidos ensordecedores de batalla y sombras. Disperso a todas esas fuerzas fantasmales excepto a uno, que lleva una Armadura Celestial con el escudo de Lathander.
 ¡Habéis matado a Mandraivus!, nos dice Lucrecia al acabar con él. Nos cuenta que es un héroe de leyenda, el cuál derrotó a Kazabón.
En otra habitación encontramos una orca que no lleva más de dos horas muerta y en la pared hay algo escrito por ella " No os fieis de Ugrais".
Sabemos que los combates no van a parar, pero nuestras fuerzas van menguando poco a poco.

Nuestro siguiente enemigo es aún más fuerte que los anteriores, es un soldado, un lugarteniente de Kazabón, lo destruimos.

Y avanzamos hacia nuestra última parada, una habitación llena de cofres y papeles. En un cajón encontramos un guadapelo y en su interior se ve una mujer y un frase que pone " recuérdame y vuelve a salvo".









Comentarios

Juanjo ha dicho que…
Muy buena! Nadie diría que es la primera!
Red Langosta ha dicho que…
Bueno bueno! Que tu primera crónica haya sido con una de mis partidas lo llevaré guardado en el corason.

Muy bien resumido todo lo que os pasó el último día... Que no fueron pocas cosas.

Aún así, todavía os estáis topando con el comité de bienvenida de Muro Cicatriz. Los señores del castillo están impacientes por conoceros.
Dorkas ha dicho que…
Y no será la última, porque me ha gustado hacerla.
En algún nombre seguro que me he equivocado
Red Langosta ha dicho que…
Oleee ahí te quería yo ver. Esa es la actitud.
Y respecto a si te has equivocado con algún nombre... Solo te diré que muy rara es la crónica que no se equivoca con ninguno. Pero también te digo que es algo completamente irrelevante. Lo importante son las escenas vividas por vuestros personajes.
Martin Painter ha dicho que…
Gran crónica! Con la cantidad de encuentros y lo mal que lo hemos pasado, pensar que todavía falta lo gordo, dan escalofríos de verdad.

Entradas populares

La llave del destino XI - Sombras y recuerdos (Final del primer libro)

Ha pasado otra noche desde entonces y tampoco puedo dormir. Intento evadirme con la guardia y así mantener la mente ocupada con otra cosa. Es extraño, ya que han sucedido una serie de cosas por las que debería estar realmente contento: Hemos derrotado ejércitos y monstruos fantásticos, hemos rescatado inocentes de un final atroz, hemos encontrado objetos maravillosos, hemos conocido criaturas bastante peculiares y me han hecho regalos increíbles. Me siento más rápido y ágil que nunca, pero aún así, me invade constantemente la sensación de que hay algo que no va bien. Recuerdo al kender Caminachiflando en las proximidades del Monte de Malystryx, cuando nos dio una serie de objetos para rescatar a su gente. Acto seguido comenzamos a trepar esa montaña ennegrecida que siempre parecía que iba a estallar en cualquier momento. Subimos a una de las pequeñas chimeneas y nos adentramos en la oscuridad que nos dirigía hacia el corazón de la montaña. Siguiendo el camino, llegamos a una gruta bast

Gritos en la oscuridad

Tras el último encuentro nos encontramos exhaustos, buscamos un lugar donde intentar descansar; ahora el castillo de Ravenloft parece mucho más oscuro y frío que antes, incluso el silencio es distinto en este lugar maldito. Algo perturba la guardia del pequeño pícaro, un grito lejano llama su atención, la voz le es familiar, ¿podría ser la de su compañero desaparecido? El primer impulso de Radek es salir corriendo en busca de su amigo, pero antes despierta al grupo con un grito tembloroso. Nos levantamos y preparamos para ver qué sucede, no se escucha nada. Pharaun calma los ánimos y aclara que esos gritos provienen realmente del castillo y toda la maldad que hay en él acumulada. Tras la última guardia Lagertha despierta a sus compañeros, en su rostro se ve que no ha sido una guardia tranquila, algo la ha perturbado, pero nadie le pregunta por lo que continuamos nuestra marcha fúnebre.  Decidimos volver al túnel que las hormigas gigantes hicieron en la pared, descendemos y avanzamos ha