Aún con el cansancio que hace que notemos el peso de nuestros cuerpos y el agotamiento de nuestras mentes, nos disponemos a entrar en un amplio salón dentro de Muro Cicatriz. Encontramos un ser que parece encarnar el Mal, una figura fantasmal encadenada a tres calaveras que se retuerce en una bruma infinita. Para empeorar la perspectiva, cinco fantasmas lo acompañan y están ávidos por consumir nuestra energía vital. La batalla comienza: Bensa lanza oleadas de luz divina, Morgana hostiga a nuestros enemigos con olas de conjuros e Iru y yo adoptamos nuestras tácticas de combate. No es fácil la batalla y cuando termina Ir está hecha una sombra de lo que fue, con la piel mortecina y sin voz ni expresión en su cara. Nos tomamos un pequeño respiro para curarnos e inspeccionar el salón cuando, para nuestra desesperación, el espíritu encadenado vuelve a aparecer. "¡Corred, insensatos!" nos grita el conde desde prácticamente fuera del salón. En este caso damos cuenta de sus instrucc...
Frikadas & crónicas del entorno rolero, fetenero y phoskitero cordobés