Ir al contenido principal

Entradas

La Enfermedad de Faerûn

Ah, queridos amigos...el primer momento para poner los pensamientos en orden, como única compañera la lluvia que martillea la maltrecha casa y se filtra en gotas incesantes sobre nuestras cabezas. Me duele la cabeza, me acaricio las sienes y empiezo a recordar... En el corto viaje desde la Costa de la Espada reíamos imaginando las aventuras por venir y la redención tras lo ocurrido en Freeport. Casi podemos olvidar estas manchas sobre nuestro cuerpo y alma. Tan pronto paramos a descansar, la realidad nos da en la cara. Y la realidad es que Faerûn está enferma, y que nosotros hemos contribuido a liberar esa enfermedad. No obstante, no podemos desfallecer! Todavía queda mucho que resolver. Así que nos ponemos manos a la obra. Tras dialogar con los extraños mercaderes (tengo que determinar su procedencia, traerán libros de sus tierras?), nos ponemos rápidamente a explorar. Y vaya trampa nos tenían preparada: como si el mundo entero confabulase contra nosotros y nuestras ganas de hac...

Un destino peor que la muerte

Contra todo pronóstico (incluido el nuestro), hemos sobrevivido a la Catástrofe de Freeport, como ahora sabemos que se conoce en los Reinos. Aún escupiendo agua salada desde lo más profundo de nuestros cuerpos, descubrimos con horror las manchas sobre nuestra piel que delatan manchas en nuestros espíritus...con la certeza de que esto es solo el principio. Graorburz parece muy deprimido, espero que no pierda la fe. Sobre todo porque su dios creo que no se lo permitiría así como así. El resto del grupo aceptamos la situación como podemos, con distinto grado de éxito. Y pensar que estuvimos tan cerca de acabar con el Dios Amarillo. Tras unos días de camino, descubrimos con horror que algo ha cambiado en Faerûn, distorsionándolo, haciéndolo más retorcido y aberrante. Un compañero de la Orden Arcana nos advierte de cómo se están desarrollando los cambios. Tras una breve (más de lo que me gustaría) visita a Candelero, encontramos una pista sobre la Ciudad Imposible, u...

La noche en la que el cielo se quebró

En esa noche de gala, la ciudad se encontraba llena de vida. Turistas de todas partes del mundo se apiñaban en los muelles, junto a vendedores ambulantes de comida y cerveza espesa, mirando todos hacia el mar. Concretamente, a esa construcción monstruosa que se alzaba desafiante hacia los cielos, cuya cúspide emanaba luz hacia la ciudad y hacia el mar profundo. La gente soltaba vítores y chocaba sus jarras cuando el sonido de un millar de cristales inundó todos los rincones de la ciudad. De pronto era de día, con un cielo color amarillo enfermizo. Era como si ese nuevo amanecer fuera la antesala de una nueva era de podredumbre y corrupción. Pero eso no era lo más inquietante en ese momento... sino lo que estaba encima del faro. Vino acompañado de un rugir parecido al de rocas enormes chocando contra el fango. Nadie sabría decir qué forma tenía ni cómo era pues, todo aquel que llegó a observar su llegada, acabó arrancándose los ojos, para luego acabar siendo un cuerpo inerte con...

La Bestia

Todavía nos encontramos recuperando el aliento, sangrando, con un cadáver colosal ante nuestros pies, pero todavía en guardia… porque todavía no sabemos si se va a volver a levantar. Todo comenzó hace unos días. Todavía no se han cerrado del todo las llagas que generaron en nuestros cuerpos las llamas de Ashardalon, dragón de dragones, en el Bastión de las Almas. Meliora comenzó a mostrar una preocupación creciente por una criatura mítica que despertaba cada cierto tiempo para arrasar con todo lo que encontraba a su paso, destruyendo las vidas de miles de inocentes. Llevaba tiempo sin ser vista, así que no tardaría mucho en volver a generar el caos. Mi hermano y yo no vimos mayor inconveniente en el problema. A fin de cuentas, veníamos de derrotar a una de las criaturas más temidas de Faerûn, luego todo se resumía en buscar y acabar con un monstruo más. Fue en ese momento cuando Lanthas, más asustado que de costumbre, dijo “Os equivocáis. No es simplemente un monstruo más. ...

Muerte en Freeport

Poco a poco recobro la consciencia...¿que ha pasado?...ese maldito templo de Yig y esas malditas serpientes...uf, que dolor de cabeza...debemos explorar el templo y encontrar esos objetos: colmillos, veneno y escamas. Ah, sí, de hecho pudimos explorar las catacumbas del templo submarino de Yig. Atestado de sombras, pobres, ya prácticamente recuerdos que eternamente repiten su rutina. Ravic-Aten se emplea a fondo, constantemente usando su amuleto con una luz deslumbrante que estas criaturas no pueden soportar. Tras algunos combates, pudimos encontrar el recuerdo de una voz que sin parar nos ofrecía un acertijo. Gracias al ingenio de Maese Radek, el espíritu nos revela el compartimento de la estatua de Yig donde encontramos el veneno . No muy lejos, el instructor de las serpientes no ha dejado su puesto: Lagertha y Graorburz dan buena cuenta de él antes de que pueda suponer un problema. De este combate obtenemos no sólo las escamas , también una lanza fantasmal que poco después va dar ...