Buenas, criaturas de lo oscuro! Hago una entrada breve comentando la situación actual del grupo de la Brujahlance para los que estáis fuera. La hago breve porque ando bastante agobiadete con el curro y no tengo tiempo para hacer una crónica en condiciones. Aunque a ver si se anima Luis y hace una crónica de las dos últimas partidas, porque en la penúltima acabamos con un enemigo particular de los minotauros y en la última fue el que tuvo el momento épico, y ambas partidas contadas desde el punto de vista de Kirk tienen que quedar bastante mejor. Anímate Luis!
Pues nada, decir que Juan tiene que estar regocijándose el muy cabronías, porque la penúltima partida rozó el TPK... Nos enfrentamos al clérigo minotauro que dejó vendidos a Luis y a Alberto ante un par de trolls (la partida que jugaron aparte que sirvió para unirlos al grupo después del retorno de Luis), y nos encontramos a la criaturilla bien tochada de conjuros y objetos mágicos, justo cuando acababa de invocar un demonio de estos grandes que te dan la risa (un glabrezu, pa que os hagáis una idea pongo una imgen más abajo). Si no llega a ser porque Alberto recordó que la Dragonlance tenía el conjuro de "exorcismo", con el que pudo devolver al demonio a su plano, nos comen (literalmente). De hecho, ayer que cogimos las hojas que todavía tenían las heridas del combate anterior vimos que estábamos los 3 tiernos tiernos.
Y nada, ayer la partida no dio para mucho, en el sentido que empezamos un poco más tarde, y entre que subimos las hojas de personaje (ya que, efectivamente, subimos de nivel y nos quedamos cerca de subir al siguiente), entre que terminamos de hacer un par de recados en el puerto en que estamos y zarpamos dirección Nordmaar pasó la mayoría de la tarde, dando tiempo solamente para EL encuentro.
Sólo decir que habíamos escuchado historias de una ballena gigante adorada por un grupo de elfos marinos que estaba haciendo estragos con los barcos de la zona. Y nada, efectivamente, cuando estábamos en el agua nos encontramos con esa pedazo de ballena descomunal (que además era muerto-viviente por si fuera poco), atacó al barco y, acto seguido, fuimos abordados por un grupo de elfos marinos que se proclamaban adoradores de Zeboim (diosa maligna del mar). En fin, "el combate" ya se narrará en las crónicas (aunque poco hay que narrar), sólo Luis, por cosas del destino y por tenerlos cuadrados, consiguió lanzarse al agua y esconderse de la ballena rozando el que lo hicieran papilla (porque también hay que decirlo, forzó la situación lo suficiente para acabar siendo masacrado). Pero todo hay que decirlo, le quedó la escena bastante guapa.
Y ahí estamos, todos capturados salvo Luis. Acabamos de despertarnos atados, sin objetos, sin ropa... dentro de la ballena. Mientras tanto, Luis nadando en el agua dirige su mirada hacia el fondo, viendo como la ballena y los elfos marinos se sumergen y se dirigen hacia el fondo del mar... con nosotros.
Pues nada, decir que Juan tiene que estar regocijándose el muy cabronías, porque la penúltima partida rozó el TPK... Nos enfrentamos al clérigo minotauro que dejó vendidos a Luis y a Alberto ante un par de trolls (la partida que jugaron aparte que sirvió para unirlos al grupo después del retorno de Luis), y nos encontramos a la criaturilla bien tochada de conjuros y objetos mágicos, justo cuando acababa de invocar un demonio de estos grandes que te dan la risa (un glabrezu, pa que os hagáis una idea pongo una imgen más abajo). Si no llega a ser porque Alberto recordó que la Dragonlance tenía el conjuro de "exorcismo", con el que pudo devolver al demonio a su plano, nos comen (literalmente). De hecho, ayer que cogimos las hojas que todavía tenían las heridas del combate anterior vimos que estábamos los 3 tiernos tiernos.
Y nada, ayer la partida no dio para mucho, en el sentido que empezamos un poco más tarde, y entre que subimos las hojas de personaje (ya que, efectivamente, subimos de nivel y nos quedamos cerca de subir al siguiente), entre que terminamos de hacer un par de recados en el puerto en que estamos y zarpamos dirección Nordmaar pasó la mayoría de la tarde, dando tiempo solamente para EL encuentro.
Sólo decir que habíamos escuchado historias de una ballena gigante adorada por un grupo de elfos marinos que estaba haciendo estragos con los barcos de la zona. Y nada, efectivamente, cuando estábamos en el agua nos encontramos con esa pedazo de ballena descomunal (que además era muerto-viviente por si fuera poco), atacó al barco y, acto seguido, fuimos abordados por un grupo de elfos marinos que se proclamaban adoradores de Zeboim (diosa maligna del mar). En fin, "el combate" ya se narrará en las crónicas (aunque poco hay que narrar), sólo Luis, por cosas del destino y por tenerlos cuadrados, consiguió lanzarse al agua y esconderse de la ballena rozando el que lo hicieran papilla (porque también hay que decirlo, forzó la situación lo suficiente para acabar siendo masacrado). Pero todo hay que decirlo, le quedó la escena bastante guapa.
Y ahí estamos, todos capturados salvo Luis. Acabamos de despertarnos atados, sin objetos, sin ropa... dentro de la ballena. Mientras tanto, Luis nadando en el agua dirige su mirada hacia el fondo, viendo como la ballena y los elfos marinos se sumergen y se dirigen hacia el fondo del mar... con nosotros.
Comentarios
Yo tambien creo que Luis debería escribir la crónica, la siguiente partida puede ser muy buena, pues todo depende ahora mismo de un minotauro unicornio, y un kobold mago, jaijaijai. Como estoy disfrutando.