A todo esto, yo de pequeño era como Jesucristo.
Mi padre me perdonaba porque no sabía lo que hacía.
Mi padre me perdonaba porque no sabía lo que hacía.
Últimamente dedico bastante tiempo a pensar. No es nada nuevo, aunque parezca lo contrario.
Desde que estoy en Alemania, la mayor parte del tiempo me encuentro pensando en montones de cosas, las cuales surgen por asociaciones de ideas. Para poner un ejemplo, puedo ver el color rojo de los vagones del metro y enlazando unas imágenes con otras y con recuerdos que me vienen a la mente acabo riéndome porque pienso en aquel día cuando nos fuimos a Écija a desayunar (es un ejemplo).
Desde que estoy en Alemania, la mayor parte del tiempo me encuentro pensando en montones de cosas, las cuales surgen por asociaciones de ideas. Para poner un ejemplo, puedo ver el color rojo de los vagones del metro y enlazando unas imágenes con otras y con recuerdos que me vienen a la mente acabo riéndome porque pienso en aquel día cuando nos fuimos a Écija a desayunar (es un ejemplo).
Aquí nadie se ríe si está solo, a no ser que esté borracho o pirado. Pero en ésas estoy yo, en mis viajes de ida y vuelta al colegio, con una hora de trayecto, tengo suficiente tiempo para pensar, en las musarañas principalmente, pero siempre acabo visualizando recuerdos agradables, situaciones que disfruté como un enano en su día y tras haber pasado años y años vuelvo a vivir como entonces.
Todo esto me hace ver, si yo, solo en un país que no es el mío, viajando en tren una hora rodeado de extraños, con frío, nieve y viento en el exterior, puedo poner buena cara y tener pensamientos positivos, me pregunto qué les habrá pasado a los demás, todos aquellos que me rodean, en su pasado que tienen esas caras tan largas, no tendrán buenos recuerdos en los que pensar y con los cuales hacer más llevadera la soledad del viaje.
Creo que, al fin y al cabo, la respuesta es que no, aquí suple cada uno sus carencias como puede, y la solución aquí se llama ir enganchados con los cascos a todas partes, para no tener que pensar, vaya a ser que no les guste lo que puedan ver.
Sólo espero que veáis al gañán de siempre en ese hombre que tenéis ante vosotros.
Comentarios
Como ya digo, es lo que yo veo, tampoco me voy a poner a las siete de la mañana a preguntarle a cada alemanito qué le pasa para no tener una cara alegre o por lo menos no esa cara de perraco...
Sólo los veo contentos a partir de las ocho de la tarde y eso contando con que pase por la zona de marcha de aquí.
Aquí ya han venido a dar charlas 2 o 3 profesores de universidades alemanas, y los profesores de aquí se quedan rayados con ellos porque no saben cuándo están bromeando y cuándo están hablando en serio... porque todo lo dicen con la misma cara neutra.