Ir al contenido principal

Siempre he detestado...

Como he comentado en otras ocasiones, siempre he detestado pasar la noche del Jueves metido en un laboratorio del acelerador de particulas en Hamburgo...

Comentarios

Red Langosta ha dicho que…
Si me dieran un euro por cada vez que hubiera dicho esa misma frase...
Juanjo ha dicho que…
...en Hamburgo?
Red Langosta ha dicho que…
No criatura, ni en Hamburgo ni en un acelerador de partículas. Sólo pretendía soltar una frase absurda como respuesta a tu comentario ;)
Juanjo ha dicho que…
Ya ves, el comentario es absurdo de por sí, pero varias noches sin dormir al final hacen mella...tengo que decir que la foto es de lo mejorcito que últimamente se ha visto por el blog.
Kosuke ha dicho que…
Tenéis toda la razón, pero de las últimas fotos la de Juan en plan choni-friki con sus libros de la aventura tampoco está mal, ah, y la de la entrada de Caballero de Solamnia tampoco, ah, y la de ...
¡Un abrazo!

Entradas populares

Gritos en la oscuridad

Tras el último encuentro nos encontramos exhaustos, buscamos un lugar donde intentar descansar; ahora el castillo de Ravenloft parece mucho más oscuro y frío que antes, incluso el silencio es distinto en este lugar maldito. Algo perturba la guardia del pequeño pícaro, un grito lejano llama su atención, la voz le es familiar, ¿podría ser la de su compañero desaparecido? El primer impulso de Radek es salir corriendo en busca de su amigo, pero antes despierta al grupo con un grito tembloroso. Nos levantamos y preparamos para ver qué sucede, no se escucha nada. Pharaun calma los ánimos y aclara que esos gritos provienen realmente del castillo y toda la maldad que hay en él acumulada. Tras la última guardia Lagertha despierta a sus compañeros, en su rostro se ve que no ha sido una guardia tranquila, algo la ha perturbado, pero nadie le pregunta por lo que continuamos nuestra marcha fúnebre.  Decidimos volver al túnel que las hormigas gigantes hicieron en la pared, descendemos y avanzamo...

Historia de Stolas

  Nacido en una pequeña aldea del Bosque Olvidado a muy temprana edad Stolas comenzó a conocer la dureza de vivir en las montañas, rodeado de tribus bárbaras y con la caza como su principal sustento de vida. Lo primero que aprendió, como la mayoría de niños de aquel lugar fue a utilizar el arco, su padre le enseñó a tensar, apuntar, disparar e incluso a remendar el arco en el caso de que éste se estropeara. Pronto Stolas destacó en el uso de dicha arma y acompañaba a los cazadores en sus incursiones al interior del bosque del que siempre regresaba con su presa. Eran tiempos felices y Stolas crecía destacando como uno de los mejores jóvenes guerreros de la aldea, solo ensombrecido por la hija del herrero, una joven bárbara corpulenta y de mirada feroz; cuando se organizaban juegos de habilidad y lucha, Stolas no tenía rival en las pruebas de tiro, pero en lo referente a las pruebas de lucha cuerpo a cuerpo, siempre terminaba perdiendo y siempre lo hacía frente a la misma ...