Medoc de Kiri-Jolith

Infancia y Juventud

Medoc Vardis nació hace 31 años en la capital de las vastas Llanuras de Solamnia, en la ciudad de Relgoth. Dada la prosperidad de las tierras circundantes, Relgoth es una ciudad de comerciantes y artesanos. Viniendo de una familia de artesanos bien establecida, en su infancia Medoc pudo aprender a leer, antes de cumplir 12 años y entrar a trabajar como aprendiz en un taller de fabricación de papel. Aunque Medoc demostró ser trabajador, y pronto fue querido por todos sus compañeros, sus habilidades torpes hicieron que ni siquiera la insistencia de su padre evitasen que el maestro del taller lo despidiera.

Primeras batallas

Con 15 años, un oficio a medio aprender, y ganas de ayudar a los demás, no es extraño que Medoc se enrolara como soldado voluntario. Después de un entrenamiento de algunos meses, pudo probar por primera vez a blandir una espada ante auténticos enemigos en una incursión contra un asentamiento goblinoide al noroeste de la ciudad, cerca de la pequeña ciudad Ryn. Por aquel entonces, Medoc no poseía una gran habilidad con las armas, pero era fuerte para su edad, y nunca parecía ceder al cansancio. Esto hizo que el uno de los tenientes se fijase en él, y lo convirtiese en soldado a sus órdenes permanentemente. Durante dos veranos, libraron distintas batallas, hasta que, en una de las pocas conversaciones que jamás tuvieron, recomendó a Medoc viajar a Solanthus y unirse a las filas solámnicas.

En Solanthus - Iniciación en la Iglesia de Kiri-Jolith

Medoc entró en Solanthus con intención de convertirse, algún día, en Caballero de Solamnia. Tras un servicio de seis meses, el capitán Markus de Palanthas -por aquel entonces un reputado táctico en la lucha contra los draconianos- recomendó a Medoc a una orden de clérigos de batalla en estrecha colaboración con los Caballeros de Solamnia. Medoc tenía “buen corazón y un aguante de toro, pero no la habilidad necesaria para la primera fila de combate”. En el camino al templo, con la carta de Markus en la mano, Medoc pensaba que había fracasado, y varias veces estuvo a punto de darse la vuelta y volver a Relgoth. Pero algo cambió su opinión para el resto de sus días: al llegar a la plaza, el Templo de Kiri - Jolith desplegó sobre él toda su majestuosidad. Y Medoc supo que había nacido para servir a Kiri - Jolith. Durante tres años, en contra de la fama de orden guerrera, Medoc aprendió las artes de la negociación y de la contemplación. Apenas recién bendecido por el Sumo Sacerdote, volvió bajo las órdenes de Markus, esta vez como clérigo de apoyo a los Caballeros de Solamnia.


Sangre y Fuego - La Hoja de los Justos

Durante varias campañas, la mayoría dirigidas contra draconianos, Medoc luchó codo con codo con los caballeros de Solamnia. Aunque a veces no le quedó mas remedio que empuñar su espada, la mayoría de las veces luchaba apoyando las filas de Caballeros, bien con su magia divina, bien con sus artes sanadoras, bien cerrando posiciones. Fueron días de extrema agitación, pero también de extremo regocijo. Incluso el mismo Markus de Palanthas, algo inusual en él, mostró su aprobación por Medoc. Ese invierno, campesinos de los terrenos cercanos a la Torre del Sumo Sacerdote pidieron ayuda urgente: algo estaba aniquilando a hombres, mujeres y niños durante las noches. Markus formó un destacamento pequeño, sólo 30 hombres -entre ellos Medoc-, y marcharon. Después de investigar el terreno y a los aterrados campesinos, una noche consiguieron dar con el cubil del mal: una antigua tumba. A punto de entrar, no hizo falta ninguna exploración. Un pequeño ejército de muertos vivientes salió a su encuentro, comandados por un liche montado en un caballo muerto viviente. La batalla fue dura, y la mayoría de los soldados dieron su vida en aquella maldita explanada, entre hielo y sangre. En un duelo singular, Markus estuvo a punto de enviar al infierno para siempre a aquel maldito liche. Pero el ser maligno consiguió, en un golpe traidor, asestar un golpe mortal a Markus. Cuando Medoc llegó, corriendo, para asistir y defender a su líder, éste tenía poco más que el último aliento. “Medoc, tú llevas la Luz. No me equivoqué contigo al principio. Es hora de que la Hoja de los Justos vuelva a manos de un sirviente verdadero de Kiri-Jolith. Ese es el designio de los dioses, hoy empieza la Última Guerra”. Markus expiró en ese instante, poniendo en las manos de Medoc su mítica espada. Pesumbroso y dispuesto a lo que fuera con tal de limpiar la afrenta que suponía haber matado a Markus, Medoc empuñó la espada y plantó cara al liche. Por suerte, la mayoría del combate había sido librado por Markus, y Medoc sólo tuvo que rematarlo. Ese día el destino de Medoc volvía a cambiar.

Solanthus - Un paso más en la Iglesia de Kiri-Jolith

De vuelta en Solanthus, la celebración fúnebre por Markus no empañó las distinciones que el Sumo Sacerdote de Kiri-Jolith tuvo con Medoc. Sobre la Hoja de los Justos, dijo “tengo mis propias ideas sobre esa espada, pero en cualquier caso ha sido enviada por Kiri-Jolith hacia ti. No te separes de ella, y úsala acorde a nuestro Dios. Con esto Kiri-Jolith te ha designado como uno de sus mas especiales seguidores. Ahora debes tomar la última prueba”.



Yorgos de Palanthas - El Presente

Medoc fue enviado a las órdenes de Yorgos, donde tuvo que demostrar su valía en combate, en la magia, y en la conversación. Lo que ocurrió durante ese tiempo es digno de otra historia…pero basta saber que Medoc demostró a los ojos de Kiri-Jolith que mereció su bendición. Como tal, fue investido como Cohorte de Kiri-Jolith, y ascendió en la jerarquía eclesiástica hasta llegar a trabajar directamente para el Sumo Sacerdote. En los últimos días, Medoc fue requerido por Yorgos. La misión era de extrema importancia, y según Yorgos le dijo, debía buscar a un Caballero de Solamnia muy especial, entre otras muchas cosas por ser un Minotauro…