La habitación llena de sangre y vísceras, el cuerpo del abusón tonto a un lado y el cuerpo del abusón listo en la cama...por suerte he hecho a Graorburz invisible y a Radek dudo que puedan encontrarlo. Mis compañeros se preguntan quién es esa sombra en el dormitorio, pero ya os respondo yo: otro dolor de cabeza de esos que parecen no acabarse en esta maldita ciudad.
Y pensar que hace pocas horas estábamos entregándole el cajón con los ladrillos falsos a Verlaine. Que chulito estaba el abusón tonto entonces. Justo después pudimos hacer unas averiguaciones sobre el ater ego de Milos, ese "mercader". En la taberna pudimos encontrar otro cubil de serpiente, a estas alturas me pregunto si habrá algún humanoide no reptiliano paseando por Freeport. Lo único que pudimos sacar que mereciera la pena es la enésima confirmación de que la guardia personal de Verlaine, o más posiblemente de Milton Drac en la sombra, está metida hasta el fondo en esto.
Poco después unos matones de poca monta pretendían darnos un susto en la pueta de la taberna. Nada que no pudiéramos resolver sin prácticamente sudar, pero aprovechamos el tiempo. Yo quería practicar un par de técnicas de tiro con la ballesta, y pude ejercitarlas para gran aprovechamiento del resultado. Creo que mis compañeros encontraron igual de edificante la posibilidad de tener un combate en el que hacer pruebas de esos métodos que pareces haber encontrado en el transcurso de otros combates, y que por la mortalidad o amenaza de otros encuentros más desafiantes, no encuentras tiempo para practicar.
A partir de ahí, charla con Verlaine, en la que nos deja más que claro su intención de sacarnos de Freeport por las buenas o por las malas en horas. Curioso que ahora sepamos que hablaba la voz de su amo: Milton Drac.
Una lástima que Verlaine no pueda resarcirse ya. Por mi parte no me da ninguna pena, ya podría haber espabilado antes y haber confiado en los auténticos héroes de Freeport. Dentro del complot está otro doble, ¡otro más! de un clérigo de Oghma, en este caso nuestro amigo Egil. Tengo que decir que más allá de mi simpatía por Oghma, al que no venero pero considero una deidad relevante y beneficiosa para Faerûn, estos clérigos de Freeport me caen bien. O más bien me dan un poco de pena, pero he decidido no revelarlo para no hundir aún más su autoestima, si es que alguna vez tuvieron y algo conservan.
Caemos en la trampa, por que no reconocerlo, y el falso Egil nos empuja hasta una trampa con la connivencia de la guardia de Verlaine (les está bien empleado su castigo). Quizás el peor momento fue cuando íbamos a caer al pozo. Por suerte no tuve que usar mi magia para salvar de nuevo al grupo...Radek paró el mecanismo cuando me disponía a usar el conjuro de Telaraña entre las paredes y dejarnos a todos suspendidos a salvo en la habitación sin suelo.
Ahora estamos justo al lado de toda esta carnicería. ¡Con el documento en la mano en el que Milton Drac nos acusará de haber matado a Verlaine! Piensa que ya ha acabado de nosotros. ¿Pronunciará el discurso en cualquier caso? La cara que puede quedársele cuando lleguemos con la persona responsable de la muerte de Verlaine puede ser divertida. Eso sí, junto a eso hay algo que reclama nuestra atención y con no poca prisa: los pocos humanos y auténticos clérigos de Oghma están sentenciados esta noche. Después de todo vamos a volver al templo, y espero que lleguemos a tiempo.
Mientras Radek está oculto junto a Graorburz invisible, nuestra lista de objetivos se forma en mi mente:
1. Atrapar al asesino: ¿o debería decir asesina?. En los próximos 30 segundos.
2. Llegar al templo de Oghma, ponerlos sobre aviso y combatir a las serpientes. En los próximos 30 minutos.
3. Milton Drac está detrás de todo esto y nos quiere muertos. Queramos o no, nos viene grande. Sólo hay una vía: Lady Ellise y Blackhammer deben ayudarnos. Ellos tienen el poder del consejo, una la ayuda de la parte noble de la ciudad y el otro el poder de la gente que no ha sucumbido a la corrupción. Tenemos que hablar con ellos, presentarles las evidencias y conseguir su apoyo antes de que Milton lance a toda la guardia y acabe su faro. En los próximos 30 días.
¡Hora de trabajar! Lo primero es lo primero, veamos esa habitación...
Comentarios