Despertamos en la ciudadela Bolchenek, después de un merecido descanso tras la captura de Berik.
La ciudad continúa agitada, pero parece que los incendios van cesando poco a poco.
Alguien golpea la puerta:
-"¡Despertad! ¡Deprisa, la mariscal de campo Kroft quiere veros!"
Salimos fuera de las barracas y nos dirigimos de nuevo hacia el edificio de tejas verdes donde nos esperan.
-"Un placer conoceros al fin".
-"El placer es nuestro", responde educadamente Goelezar. "No todos los días se tiene la oportunidad de conocer a una leyenda".
-"Ya basta de presentaciones y lamidas de culo", interrumpe Kroft, "como ya he dicho tengo una nueva misión para vosotras, gracias a Bencarlo, sé que Zhay está trabajando en desestabilizar el gobierno de Korvosa, aprovechando el caos actual. A través de su embajador, quieren bloquear nuestra economía, para hacerse más tarde con el control, pero no se lo voy a permitir".
"El embajador de Zhay es leal a su país, insobornable, pero todo hombre tiene un precio y el de Darvine Gios Amprei es su honor, sabemos que esconde secretos, quiero esos secretos para tenerlo controlado".
"Solo hay un hombre en toda Korvosa que maneja este tipo de información, Devargo Barbasi, más conocido como El Rey de las Arañas. Aquí tenéis mil monedas de oro, me gusta la discreción y el trabajo bien hecho, ya lo sabéis, pero sobre todo quiero algo con lo que poder controlar a Darvine, haced vuestro trabajo sea como sea, pero hacedlo, por el bien de Korvosa. Bencarlo os dará toda la información que necesitéis. Fidelidad y fuerza".
Salimos de la ciudadela, en dirección al puerto, según Bencarlo, encontraremos a Devargo en "El final de la Anguila".
Llegamos al muelle, donde cinco navíos anclados e interconectados entre sí forman una especie de zona lúdica llena de tabernas, posadas y burdeles. El lugar es un oasis de lujuria y desenfreno en mitad de todas las revueltas que nos rodean.
Pasamos cerca de un burdel, en su letrero se puede leer "La casa de las Nubes", desde su ventana una mujer grita socarradamente a nuestro compañero Variel:
-"¡Guapo, sube aquí conmigo! ¡Sí, tú, el elfo! ¿Has estado alguna vez con una humana? ¡No sabes lo que te pierdes hasta que lo pruebas!" Ríe y continúa gritando entre carcajadas, mientras Variel se aleja algo sonrojado.
Llegamos al último barco, el final de la Anguila, en la cubierta vemos una barra, varias mesas donde la gente bebe y juega a los dados, pero nuestra atención se centra en el camarote del capitán, custodiado por dos matones que protegen la entrada, en la puerta puede verse claramente una araña de color blanco dibujada sobre el fondo rojo de la madera.
Nos sentamos y observamos, hay un trasiego constante de personas que entran y salen del camarote de la Araña.
Nos armamos de valor y avanzamos hasta el camarote, como era de esperar uno de los matones nos da el alto:
-"Quietos ahí, ¿a dónde vais?"
-"Venimos por negocios, queremos hablar con Devargo".
Nos mira de arriba abajo, uno a uno, - "Muy bien, sed bienvenidos al cubil de la Araña" y mientras sonríe de oreja a oreja, nos abre la puerta".
En el interior del camarote varios jugadores beben y charlan; un gran sillón domina toda la estancia, sentado en el sillón nos observa Devargo Barbasi, mientras varias arañas recorren su cuerpo.
-"Queremos información, una información que comprometa a Darvaine Gios Amprei, embajador de Zhay. Sabemos que el Rey de las Arañas es la persona que maneja éste tipo de asuntos en Korvosa y por eso mismo estamos aquí, ahora".
-"Pero que graciosos sois, aquí delante mía, pidiéndome información personal sobre uno de mis mejores clientes, ¿que clase de ratas asquerosas sois vosotras?"
Por un momento, el silencio inunda la habitación, los dados dejan de sonar y todos se centran en la conversación que está teniendo lugar.
Variel tira la bolsa de dinero que Kroft nos había dado.
-"Somos del tipo de ratas que paga muy bien".
Devargo mira la bolsa, alza la vista y sonríe.
-"¿Lo estáis escuchando? Todos en esta ciudad acuden a mí cuando necesitan algo. Me gusta vuestra oferta, pero hoy está siendo un día muy aburrido, la información que buscáis cuesta mil quinientas monedas de oro... O... También podéis dadme algo de diversión, jugad al trasquilón, apostad y si ganáis, las cartas son vuestras. Esa es la información que buscáis, cartas comprometedoras y muy personales, de Darvaine".
El trasquilón, un famoso juego de Korvosa, donde dos contrincantes luchan por hacerse con las monedas que hay sobre la mesa, sin armas, a excepción de la única daga que se encuentra clavada en mitad de la madera y aquél que la coja puede usarla para rajar a su oponente en lugar de coger las monedas.
No tenemos el dinero, solo hay una opción, jugar y ganar.
Goelezar es el elegido, rápido y ágil, se coloca en la mesa frente a su rival.
-"¡Vamos,coge el cuchillo y desangra al elfo!"
-"¡Goel, Goel, Goel!
-"¡Apuesto diez monedas de oro por nuestro campeón!"
-"¡Concentración Goelezar, tú puedes!"
-"!Tres, dos, uno, comenzad!"
Con una velocidad endemoniada, Goelezar agarra la daga y hace una mueca de burla, un golpe certero en el cuello, hace brotar un chorro de sangre de su rival, aunque éste intenta coger todas las monedas de la mesa, no lo logra y un segundo golpe de Goel hace que caiga al suelo, ganando así la partida.
Todos gritan y ríen. - "Muy bien, habéis ganado y me he divertido, soy un hombre de palabra, así que tomad las cartas del embajador".
No paramos ni un minuto más en ese antro de mala muerte, volvemos a Bolchenek, pero durante el camino, el suelo tiembla a nuestro paso, una explosión abre un agujero en mitad de la calle y de él sale un Oryugh furioso, que nos ataca al instante.
Aunque la bestia es peligrosa, nuestros ataques son mortales y precisos, el monstruo, que nunca debió de haber salido a la superficie, muere irremediablemente.
-"¿Ya estáis aquí? ¿Traéis algo?" Pregunta Crassidia Kroft al vernos.
-"Por supuesto que si", dice Bensa, "Cartas escritas por el embajador a una de sus amantes".
-"Muy bien, esto valdrá, estoy gratamente sorprendida, pero por desgracia los problemas no dan tregua".
-"En vuestra ausencia, ha corrido como la pólvora, el rumor de que el asesino del rey es Trinia Sabor, una de las pintoras de palacio, desde luego que es una de nuestras sospechosas, pero alguien ha filtrado esa información y quiero saber por qué. Trinia se encuentra desaparecida, quiero que la encontréis y la traigáis ante mi, aquí tenéis su dirección, sed cautos. Fidelidad y fuerza".
Sin demora ninguna, nos dirigimos en busca de Trinia, al número 42 de la calle de la Luna, en el barrio de las Tejas.
Al llegar al portal de la pintora, vemos una pequeña sombra que se mueve rápidamente en el interior. Corremos detrás de ella y vemos como un niño hace unas señales en una de las puertas, apartamos al pequeño vigía e Irún tira la puerta abajo, justo en ese instante, ve como escapa por la ventana Trinia Sabor.
Comienza una persecución detrás de la pintora, sobre las casas del barrio de las Tejas, una persecución que jamás olvidaremos.
Por las calles avanza Variel gritando:
-"¡Quitad de en medio! ¡Dejad paso!¡Rápido, derribadla! ¡Que no huya!".
Irún ruge de rabia por no poder alcanzarla.
Goelezar y Morgana, con no pocas dificultades, consiguen llegar hasta Trinia, el elfo intenta apresarla, pero falla, Morgana se lanza hacia la pintora, pero con un ágil movimiento, Trinia salta al siguiente edificio y se pierde entre las estructuras laberínticas de las Tejas.
Trinia Sabor ha escapado y ya no hay forma de poder encontrarla.
Comentarios
Y, con respecto a lo de Trinia... Poniendo voluntad se pueden conseguir muchas cosas. Pero también, como ya dijeron Jagger y Richards: you can't always get what you want.