Después de estudiar los alrededores, decidimos usar el factor sorpresa y colarnos mediante la magia de Bensa, que se queja de una frontera invisible y que Morgana tumba con su poder. Aparecemos en una sala diáfana, imponente. Las dimensiones de las ruinas de eso que algunos rumores a media voz de eruditos llaman Thassilon son impresionantes: ¿para qué necesitaban todo este espacio vacío? ¿fue una demostración de poder, o hay algún motivo oculto perdido a través de los siglos?. Posiblemente nunca obtengamos esas respuestas en nuestro tiempo.
Sacudo la cabeza y nos disponemos a explorar esta pirámide. Empezamos preparándonos para la exploración bajo el agua, donde nos encontramos con un antiguo y enfadado habitante.
Desde luego, Ileosa sabe que debe protegerse y para ello ha hecho una selección de lo que ella cree que será un desafío para nosotros. Se equivoca.
Encontramos un sistema de tuberías de cristal que atraviesa toda la Reina Hundida. Parece una especie de colectores, idea que confirmamos cuando encontramos el fondo de la estructura. Una gran cantidad de tesoro que sabemos es el patrimonio de la ciudad de Korvosa, junto a otros objetos. Ileosa no conoce el menor atisbo de dignidad, y a estas alturas ya hemos perdido cualquier remota esperanza de que la encuentre. Lo que sí encontrará es justicia en el filo de Serithtial.
No obstante, en el camino todavía tenemos que encontrarnos con un ser retorcido, de pura maldad y de energías arcanas extrañas a este mundo, de intenciones más allá de la razón y la cordura: un caminante escarlata.
Ileosa nos ha regalado la presencia de un grupo de su guardia personal, las famosas Furias de Ileosa, con la falsa idea de que sus fuerzas combinadas serán suficientes para superarnos.
Debo confesar que durante la fracción de segundo que Iru cae bajo la influencia mental del Caminante Escarlata hasta que la magia de Morgana y Bensa lo liberan, un sudor frío recorre mi nuca. Sensación que acaba en cuanto abatimos al Caminante Escarlata.
Podemos sentir el poder maligno de Ileosa. Está a pocos metros. Su muerte y la liberación de Korvosa, muy cerca.
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