Ir al contenido principal

Entradas

Las Ruinas de Thassilon

Vagamos por la inmensa ciudad de Xin Shalast todavía aturdidos por el último enfrentamiento, nadie quiere reconocerlo pero el cansancio extremo hace mella en nuestros cuerpos y mentes. La falta de oxígeno no ayuda y nuestra concentración disminuye al mismo ritmo que nuestros recursos.    Soros y Sumak hablan con nuestro único aliado en este lugar maldito, descubriendo el camino que debemos seguir para llegar hasta Karzoug. Una torre abandonada en el extremo norte de la ciudad es nuestro punto de partida, el lugar es húmedo y lleno de vegetación, no parece que la torre esté habitada.  Un tentáculo o quizás una liana golpea a Thorik, se suceden cortes y conjuros contra otra extraña criatura que habita esta malvada tierra. En mitad del combate una voz profunda nos súplica parar, con el arco todavía tensado, Dorkas y Thorik se acercan y dialogan, no escucho nada de lo que hablan, pero el monstruo huye entre los arbustos y el grupo parece safisfecho con la información que obte...

Cataclismo índigo

Desde que intentamos localizar esta ciudad, sabíamos a dónde veníamos. Una ciudad tan inmensa como el peligro que conlleva pisar sus calles. Avanzamos sin descanso y, tras terminar el día, parece que estamos en el mismo punto y, por las noches, en lugar de recuperar fuerzas, nos convertimos en presas de enemigos formidables que saben que estamos aquí… y nos están cazando. Gyukak, el gigante de piedra, nos propuso que generáramos una distracción, golpeando con fuerza a la milicia de Karzoug, para que él se fugara con un buen número de gigantes. La criatura es malvada, y por seguro no hará ningún bien allá a donde vaya y más si va escoltado de un grupo numeroso de gigantes… pero ahora mismo tenemos problemas mayores. Nos interesa debilitar las fuerzas de Karzoug como dé lugar, y si eso conlleva, además, que un grupo de su ejército se exilie, bienvenido sea. Tras andar horas y horas, llegamos a las afueras de Jotunburg, la cual estudiamos, y vemos cómo numerosos puentes imposibles asc...

Me da la sensación de que esto no va a ser fácil.

Si, estamos en una ciudad, y aquí tendría que sentirme mejor, pero es una ciudad extraña. Además todo lo que la rodea no me da buena espina. Esta extraña raza, los perdonados, no me gusta. A quien siguen? A quien adoran? Ese Morgiv debe demostrar mucho para que confíe en él. Esa gurú que nos explica que “El mal anida en la mayor de las espirales de la montaña, el camino es tortuoso y plagado de Gigantes” a esta mujer, o cosa, hace falta que alguien le enseñe a expresarse, nos dice que hay con camino secreto, junto al camino dorado.  Le pregunto por información y sobre la superficie y lo único que consigo sacarle es que atienden a las órdenes de unos gigantes que no he escuchado nunca, más adelante nos los encontraremos y os aseguro que no es una experiencia agradable. Los perdonados nos siguen en las sombras para avisarnos por si aparece algún Gigante. No será por que tienen ordenes de que lleguemos a Karzoug sanos y salvo? No me fio de ellos. Empezamos a andar por las calles de Xi...

El Horror de las Profundidades

El largo camino dorado llega a su fin. La niebla matutina se abre en las altas montañas para revelar ante nuestros sorprendidos ojos un prodigio de milenaria arquitectura. La legendaria megápolis olvida de Xin-Shalast aparece ante nosotros. Sus gigantescos edificios brotan por doquier a través del valle, bajo la impávida mirada del pétreo rostro de Karzoug, esculpido en la ladera de la cumbre del Mhar Massif. Lo primero que llama nuestra atención son las descomunales proporciones de las construcciones de la ciudad. Gruesas murallas de negro basalto, flaqueadas por enormes torres del mismo material y de varias decenas de metros, guardan la entrada al mítico enclave del Señor de la Avaricia. Un mar petrificado de oscura lava volcánica cubre toda la falda lateral derecha de la meseta, como recordatorio de una antaña catástrofe que acabó engullendo parte de la ciudad. El viento arrastra las notas disonantes de una  flauta. La melodía lleva acompañándonos todo el viaje de ascenso al val...

Camino a Xin-Shalast

    Están llamando a la puerta, el sonido suena cada vez más fuerte por todas las habitaciones. La casa cruje haciendo que paredes y suelo tiemblen bajo nuestros pies, casi todos conseguimos mantenernos firmes, pero Dorkas cae en varias ocasiones ante la fuerza sobrenatural que nos golpea. Mientras Thorik reza a Moradin para que nos proteja sentimos como los espíritus que hay junto a nosotros gritan intentando volvernos locos. En un instante la casa deja de temblar, dejan de llamar a la puerta y las incesantes voces desaparecen, frente a nosotros una figura comienza a tomar forma. Ante el grupo se muestra el fantasma de Silas Vekker, no tiene ojos y su boca no se mueve, pero puede vernos y nos habla. Sabe que buscamos el camino a Xin Shalast, camino que él conoce y que a cambio de un precio esta dispuesto a mostrarnos. Los restos de su hermano Kavirek yacen a una milla de distancia, si somos capaces de encontrarlos y llevarlos hasta él, nuestro sería el sec...