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La llave del destino VIII - Viaje a Port Balifor


Pues ahora que lo dices se me viene a la cabeza una historia muy buena! Resulta que, después de liberar un templo de una gran maldición y llegar a Akurman para que Yorgos de Palanthas pudiera defender su ingreso en los caballeros de Solamnia, nos dispusimos a seguir el camino que nos dijo el espíritu de la chica Miku hacia Kendermore. Fue un momento crucial, ¿sabes? Pues Yorgos debía quedarse en Akurman para pasar su prueba, mientras Orfan debía continuar su misión sin más dilación… y el ir a Kendermore repercutiría en un retraso que no se podía permitir. De este modo, Piedra Oscura, los minotauros Kirk y Kiris (se ve que esta raza dedica toda su imaginación al arte de la guerra sin dejar lugar a la de los nombres) y un servidor nos embarcamos dirección a Kendermore; Orfan seguía su camino guiado por Ojo de Halcón y escoltado por Ventura; Y finalmente Yorgos permanecería en Akurman. Me dio mucha lástima la despedida la verdad, aunque estoy acostumbrado a ellas. Es curioso, pero es estar un mes conmigo y al final siempre ocurre alguna circunstancia inamovible por la que la gente se tiene que marchar. Lástima que no le diera tiempo a Orfan de enseñarme algún conjuro poderoso… Sólo le dio tiempo a enseñarme este truco: ¿Ves esta moneda? Zas! Desaparece para aparecer… Detrás de tu oreja! Ja! ¿Qué te ha parecido? … Vale… me has pillado, eso no es magia de verdad. ¿A qué te refieres con que te devuelva tu moneda? No me desconcentres en la historia.

Una vez en el barco, pude recordar mis viejos tiempos como lobo de mar. Pertenecí a un grupo de piratas muy temido, ¿no lo sabías? Es igual. Cuando dejamos tierra atrás, subí al puesto de vigía para observar si había algún peligro a la vista. Fue entonces cuando dos trolls marinos irrumpieron en la borda arremetiendo contra los marineros. Era una batalla que no estaba dispuesto a perderme… lástima que el tiempo en que tardé en bajar de mi puesto hasta llegar a donde se encontraban los trolls fue lo que necesitaron los minotauros en hacerlos papilla. ¿Alguna vez has visto combatir a mi amigo Kiris? Es como si hubiera usado esa espada descomunal que tiene para untar los trolls sobre la borda, lo mismo que si fuera mantequilla sobre una tostada. Una cosa bárbara, ya ves. ¿Tú también eres de los que piensan que los trolls marinos saben a sardina? ¿No? Yo sí que lo pensaba y no sabes cuán equivocado estaba. Toqué esa masa gelatinosa que antes había sido un troll y me chupé el dedo y no fue nada agradable.

Esa noche fue bastante ajetreada y se me descompuso el cuerpo. La gente pensaba que no estaba hecho para aguantar la mar… JA! Qué sabrán ellos! Es impensable que un lobo de mar de mi nivel se maree en un barco… Lo que pasa es que se me revolvió el estómago tras probar el sabor de troll marino… yo lo veo de una lógica aplastante. La cuestión es que mientras estaba tan malo, Piedra Oscura se dio cuenta que había perdido algo que él llamaba “la llave del destino” y tras hacerme unas cuantas preguntas (muy poco corteses, todo hay que decirlo), concluyó que “su” llave del destino era igual que “mi” caja de música de viaje. Bueno, más que igual, decía que mi caja de música era en realidad suya. Pero qué poca vergüenza. Es verdad que mi testimonio perdía credibilidad con el elfo y los minotauros por segundos, porque entre mis cosas habían objetos de Yorgos, Ventura, Ojo de Halcón… ¿Y yo qué culpa tengo de que sean un desastre? Yo voy con toda mi buena voluntad recogiendo las cosas que ellos, descuidadamente, van dejando tiradas por allí. Las guardo, pero claro, como no hago más que contar mis historias, me emociono, y me olvido de devolvérselas. Eso sí, no tienen nada de qué preocuparse: cuando los vuelva a ver, les devolveré lo que en su día perdieron… pero la caja de música es mía.

La cuestión es que a Kirk no le hizo mucha gracia y me metió en un saco, cargándome en su espalda. Hubiera sido divertido de no ser por el hecho de tener el estómago tan sumamente mal. Pero justo en ese momento, los gritos en la borda volvieron a rugir con el viento. Cuando subieron mis compañeros parece ser que había un ser enorme hecho de agua golpeando a todo lo que se movía. Lo que es ver, no vi a la criatura (cosa que no le perdonaré nunca a Kirk) pero, como iba en un saco a espaldas de Kirk, y cuando lo golpeaba a él, en parte me golpeaba a mí, puedo dar fe de la increíble fuerza del monstruo. La verdad es que creí que no lo contaba entre tantas sacudidas, golpes, agua por todos lados y ahogándome con mi propio vómito. No pongas esa cara… mucho peor lo pasé yo. Nunca le he visto a Kirk una cara más descompuesta que cuando, después del combate, abrió el saco y vio en las condiciones que me encontraba.

Pasado ese percance, no pasó nada más relevante en nuestra aventura por mar. A los pocos días llegamos a Port Balifor. Nos encontramos haciendo el recuento de las mercancías a un kender, pero que no era un kender. Había oído hablar de ellos, pero nunca había visto a ninguno. Son gente que no pudo escapar a tiempo de nuestra tierra natal y sobrevivieron a la desolación. En apariencia somos iguales, pero ellos son asustadizos, mezquinos y, lo que es peor de todo: sumamente aburridos. Una historia realmente triste… una mancha negra en la historia de nuestro pueblo. Le preguntamos por Kronn Thiskelnot, un contacto que nos dieron en Akurman. Al mencionar su nombre nos mandó a bajar la voz pues, según parece, era alguien bastante buscado en la zona. Esta ciudad es comandada por los Caballeros de Neraka y parece que el que buscamos es el líder de una resistencia que se está organizando para combatirlos.

Después de enterarnos de cuál era la zona que frecuentaba Kronn esperamos a que nos guardaran las sombras de la noche para ir en su busca. El lugar en sí se merecía toda mi aprobación, ya que toda la zona estaba plagada de trampas por si los caballeros de Neraka pretendían atacarlos. Después de sortear cada una de las trampas sin la menor dificultad (no olvidemos que uno del grupo es un Hairyfingers) conseguimos convencer a uno de los guardias de nuestra buena voluntad para que nos llevara hasta el mismo Kronn Thiskelnot. Cuando nos encontramos cara a cara con él le expusimos nuestra intención de ir a la desolación que en su día fue Kendermore. Con toda su buena fe, puso a nuestra disposición uno de sus guías, ya que si no conocíamos la desolación, con toda probabilidad acabaríamos perdidos.

El día siguiente prometía mil aventuras. Me reencontraría con lo que fue en su día la tierra de mi gente… y hablando de reencuentros… ¿Te he contado alguna vez el día que me reencontré con el líder de los gnomos-tortuga? ¿Que no has oído hablar de ellos? Son una raza curiosísima de gnomos que durante la primera semana de Chislmont se transforman en tortuga. Pues me encontré con él un bonito día en el que me había escapado de una celda improvisada por una tribu de bárbaros de las montañas de Dargaard cuando … […]


- Charlas en tabernas de Beenevaunt “Bee” Hairyfingers -

Comentarios

Juanjo ha dicho que…
DIOX una crónica!!!

Por fin!!! Que Paladine te bendiga pequeño kender...
Juan Brujah ha dicho que…
Paladin y el Master, por que se acaba de ganar unos pocos PX por la historia
Kosuke ha dicho que…
Dioxxx, una crónica por fin!!! siento el poder correr por mis venassssss!!!!

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