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Mostrando entradas de 2017

Relgore el chato

Por fin encontramos un par de horas para descansar...casi dos jornadas en pie y luchando, eso sí, ha merecido la pena y tenemos al templo de Oghma (o a la mayoría) a salvo. Y toda la información que hemos podido encontrar. Por cierto, que cantidad de hombres serpiente, creo que un día escribiré un tratado al respecto de estos encuentros y de la posibilidad de que estén repartidos por todo Faerûn...   Cuando estamos ajustando las correas de las nuevas armaduras, ¿cómo pueden moverse con todo ese peso encima?, nuestro querido Hermano Egil aparece tembloroso. Los nervios le traicionan y nuestra sagaz conversación pronto revelan que el pobre diablo pidió algo de dinero a un prestamista para contratarnos en aquellos primeros días en Freeport. Y no se le ha ocurrido otra cosa al desgraciado que amputarle un dedo meñique a nuestro amigo. Bueno bueno, con estas no nos queda más remedio que hacerle una visita a ese prestamista, un tal Relgore el chato. Aunque parece que tendr...

En el subsuelo de Freeport

La habitación llena de sangre y vísceras, el cuerpo del abusón tonto a un lado y el cuerpo del abusón listo en la cama...por suerte he hecho a Graorburz invisible y a Radek dudo que puedan encontrarlo. Mis compañeros se preguntan quién es esa sombra en el dormitorio, pero ya os respondo yo: otro dolor de cabeza de esos que parecen no acabarse en esta maldita ciudad. Y pensar que hace pocas horas estábamos entregándole el cajón con los ladrillos falsos a Verlaine. Que chulito estaba el abusón tonto entonces. Justo después pudimos hacer unas averiguaciones sobre el ater ego de Milos, ese "mercader". En la taberna pudimos encontrar otro cubil de serpiente, a estas alturas me pregunto si habrá algún humanoide no reptiliano paseando por Freeport. Lo único que pudimos sacar que mereciera la pena es la enésima confirmación de que la guardia personal de Verlaine, o más posiblemente de Milton Drac en la sombra, está metida hasta el fondo en esto.  Poco después unos mato...

Historia de un Mediano...

Érase que se era, un mediano de nombre Radek y de sobrenombre MusgoVerde (y SetaAlgosa, y LiquenPardo, y así hasta quién sabe ande…), felizmente venido al mundo en algún lugar enrededor de la ciudad de Arabel (se supone, y quien sabe si en ella misma…), conocida villa del Reino de Cormyr. Dícese de semejante elemento (y no es para menos el calificativo, pues a los hechos descritos a continuación me remito…) que provenía de una progenie de medianos piesligeros de la antaña y abolengada profesión circense, a cuyo gremio había pertenecido su familia, generación tras generación, hasta donde la memoria alcanza. Pasó su niñez de villa en villa, viajando a través de verdiales y praderas, frondosas arboledas, onduladas colinas y escarpadas montañas, siempre en marcha por las incógnitas y fabulosas tierras de Faerûn. En cada poblado, en cada aldea, la troupe de los MusgoVerde estrenaban su función anual, trayendo ilusión y alegría a las anodinas y paupérrimas vidas de aquellos ...

La Mazmorra de los Profundos

Después de los avatares acontecidos tras nuestra llegada a Freeport, finalmente nos dirigimos al dichoso Templo de Oghma, esa deidad aburrida que está todo el día leyendo y coleccionando libritos. Seguro que Pharaun, nuestro ratón… digo mago de biblioteca estará bien feliz de ingresar en su morada! Jejeje Como somos la mar de previsores, por la cuenta que nos trae, nos dividimos en dos grupos, a saber: por un lado Pharaun y el bichaco de Graorburz (ya te vale, anda que el mago es tonto jajaja) y por el otro Ravic-Aten, nuestro enfermero ambulante (que no lea esto :S), Lagertha, la musculosa guerrera de extraño nombre reptiliano (bromita J ) y un servidor, hondero “salvador de aventureros”, Radek Musgoverde y demás lindezas,  por la gracia de las balas de piedra de mi honda ups! (la modestia por delante ;) ) Henos aquí, en tierra extraña y hábitat aun más peregrino (al menos para quien os narra), dándole vueltas a la sesera, buscando alguna información que nos sacase del...

Historia del semiorco

Grim'ug Capitán General de las tropas de Graul, Señor de los orcos que habitan en la región que rodea el paso del Orco Muerto. El paso del Orco Muerto se trata de un rocoso y profundo desfiladero situado al noreste de Sundabar. El río Rauvin ruge a través suya formando una serie de cataratas, rápidos y caídas que llenan el valle de brumas, dejando los senderos cercanos húmedos y resbaladizos. Grim'ug es un orco poderoso y bastante inteligente, de ahí que se encuentre capitaneando las tropas de Graul. Como es normal en las filas orcas, y sobredimensionado por su posesión, Grim'ug tiene un harén compuesto por una humana y 4 orcas. La humana a la que llama “Blanquita”, siempre despectivamente, se cree que es la heredera de alguno de los reinos tomados por su ejercito. Las malas lenguas que dicen que fue incapaz de matarla por su belleza y por eso la acogió en su harén. Blanquita, “Aleeles Whitelander”, es una humana de un carácter cálido, es bondad pura, no suele...

Desembarco en Freeport

Por fin se atisba ese gran faro del que todo el mundo habla, y del que parece que vamos a seguir escuchando, al menos por un tiempo...el viaje ahora no parece tan largo. Ravic-Aten , un clérigo de Horus-Re (a pesar de ser tan pío, me pregunto que pensará del comercio de esclavos por el que Mulhorand obtiene tanto oro) que desde luego está incluso más lejos de su origen que yo. Lagertha , una guerrera con una musculatura que parece no encajar de tamaña fuerza en ese cuerpo teóricamente de mujer. Graorburz , mestizo de orco y humano vistiendo la armadura de Horus-Re nada menos: ¡sí que merecía la pena viajar para aprender y eso que todavía no he pisado la biblioteca de Oghma!. El pobre Radek completa nuestra expedición, creo que el castigo ha sido excesivo por colarse en el barco, pero bueno por lo menos ha conservado su pellejo... Sin duda lo mejor que ha podido cohesionar al grupo ha sido ese encuentro con los matones nada más bajarnos del barco...o eso me han contado,...

Nuevos comienzos

La brisa marina os golpea en la cara. Lleváis tanto tiempo en el barco, que ya no os molesta su vaivén continuo. El que la fruta esté ya un poco pasada, la carne seca y el pan duro no os mina la alegría. A fin de cuentas, estáis a punto de alcanzar vuestro punto de destino: Freeport. Una ciudad relativamente joven, pero llena de prosperidad. Ahí os esperan nuevos conocimientos y riquezas… Un lugar perfecto para los aventureros jóvenes e inexpertos que buscan las primeras baldosas con las que construir su propio camino a la grandeza. Freeport os puede dar eso y más. Pero claro, igual no todo es lo que parece. Igual Freeport sólo os puede traer perdición y doblegar vuestro espíritu. Afortunadamente para vosotros, Freeport no es así. ¿Verdad?