En el capítulo anterior: Tras las últimas experiencias vividas y tras llegar a Wheloon siguiendo el mapa que habíamos obtenido, decidimos tomarnos un par de días de descanso para poder prepararnos y aprovisionarnos para continuar nuestra búsqueda. "-Hum... no puede ser, no puede ser"- Tampoco es que su cara fuese más explicativa que las pocas palabras que dejaba escapar en graves murmullos, pero se veía que a nuestro compa ñero Lantas estar todo el día encerrado en la posada enfrascado en sus asuntos no le había sentado muy bien. Era el primer día tras nuestra llegada a Wheloon, punto de partida de lo que debía ser nuestra nueva aventura. Convenimos así en tener tiempo libre cada uno para sus propios menesteres, y mientras yo me dirigía a las afueras a disfrutar de la naturaleza no invadida aún por los humanos, mis compa ñeros se dedicaban a lo que más les convenía. Detesto la vida urbana y el bullicio que representan sus mercados, las calles atestadas de suciedad, las posada...
Frikadas & crónicas del entorno rolero, fetenero y phoskitero cordobés