Llegamos a la ciudad de Pashín. Mi gran amigo Ojo de Halcón me dijo que el mejor sitio para encontrar aventura seria una posada (a él no le gustaban los lugares llenos de gente, ruidos y humos) Pregunté a un lugareño y nos indicó cómo llegar a una de las posadas de la ciudad, la posada se llamaba “El cuervo herido” así que seguimos sus instrucciones y llegamos.
Cual fue mi sorpresa cuando en la barra de la posada encontré a un “kender”!! Se parecía mucho a mí y eso me intrigó tanto que decidí acercarme y charlar con él (aún no conocía a un kender con mi aspecto, por fin un kender parecido a mí!!)
Por lo que pude ver en su expresión él también se sorprendió mucho, y para mi que fue gratamente.
Se presentó como Mirlo propietario de El cuervo herido e insistió en invitarme y… claro no iba a despreciar la invitación de un amigo kender.
Empezamos a hablar de historias y aventuras pasadas. (Más suyas que mías porque yo aún no me había estrenado como aventurero).
El no entendió muy bien que yo fuera hijo de un kender y me decía:
-Chico! Tú estás equivocado, tú no eres un kender, eres un ogro como yo.
Yo me reía, aunque para seros franco no sé si me reía por la tontería que dijo o por la cogorza que tenía encima. Ya había perdido la cuenta del nº de jarras que había tomado (no sabía que en el estómago kender cupiesen tantos litros de brebaje). Os he dicho que eran mis primeras birras ??. Ja, ja,ja. Está bueno el brebaje ese.
Al cabo de un rato me di cuenta de que hacía mucho que no veía a Ojo de Halcón y me empecé a poner nervioso (no era la primera vez que un “amigo” me abandonaba)
Pregunté a los que se encontraban en la posada y… o no sabían de quién hablaba o… no me entendían porque nadie me supo decir nada, así que decidí salir de la posada y buscar a mi amigo.
¿Y si le había pasado algo malo mientras yo estaba divirtiéndome??No me lo perdonaría.
Todo a mi alrededor daba vueltas, no era capaz de distinguir las voces, empecé a sentirme mal, tenía náuseas y me sentía triste, no encontraba a Ojo de Halcón. Buenoooo vaaale se me saltó alguna lagrimilla, lo que dificultó aún más mi búsqueda.
A pocos pasos (o eso creo) de la salida de la posada noté un ligero golpe en el hombro, quizás fuera Ojo de Halcón (se me iluminó la cara) me volví y miré. Lástima, no era mi amigo, intenté centrar la vista (las cosas no hacían mas que cambiar de lugar) y ví a un humano mal oliente y desaliñado en el suelo, estos humanos se sientan en cualquier sitio para descansar.
Dijo algo... la verdad es que no lo oí muy bien y lo levanté para que me lo dijera otra vez. Sólo entendí algo de tener cuidado.
Como soy un kender educado me presenté, él se presentó como Heltar. Después me di cuenta de que iba acompañado de un grupo de humanos también mal olientes y manchados. Tras observarlos más detenidamente ví que algunos de ellos no se encontraban en muy buen estado de salud por lo que me ofrecí a ayudarlos.
A todo esto vi a Ojo de Halcón al que me acerqué a saludar y dar un gran abrazo. Que gran alivio al ver que no le había ocurrido nada malo. Y le dije:
La próxima vez cuando decidas dar una vuelta avisa que si no me preocupo. Posteriormente hice las presentaciones:
Heltar, el humano que buscaba algo en el suelo.
Yorgos de…creo que de Palanthas.
Orlan un tipo que olía a mil cosas y que tenía otras tantas colgadas en el cinto, ummm que tendría en esos saquitos.
Y por último El místico.
Había hecho nuevos amigos y eso me encantaba.
Todos juntos fuimos a la posada, cenamos y hablamos de los motivos que nos habían traído a la ciudad. Tras oir su historia Ojo de Halcón y yo decidimos unirnos a su grupo. Ellos ya tenían una misión, y parecía divertida.
Creo que a Ojo de Halcón no le hizo tanta ilusión como a mi pero bueno aceptó ir (él es un poco rarito).
Firmado: Ventura
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