El final
Avanzamos. Bajo la eterna penumbra, avanzamos. Con las armas en nuestras manos, avanzamos. Conscientes del peligro que nos espera, avanzamos. Sin volver la vista atrás, avanzamos. Ninguno dice nada, no hace falta, simplemente, avanzamos. Avanzamos hasta poder mirar directamente a los ojos al mal que aquí nos ha traído. Avanzamos hasta sin saber cómo pero sabiéndolo, que por él hemos aquí venido. Avanzamos dejando toda esperanza detrás, ya no hay escapatoria de nuestro destino. Avanzamos siendo todos uno, sabiendo de antemano qué hará el que nos rodea, dónde tenemos que situarnos y qué tenemos que hacer ahora que estamos aquí. La Batalla ha comenzado.
Nuestros pasos con rumbo desconocido se detienen al llegar a una amplia caverna. Es la más grande de todas en las que hemos estado. Y allí nos aguarda él, Despayr. Listo para matarnos o morir, y nosotros vamos a ayudarle en las dos tareas, pues por eso mismo hemos venido. El infernal ser, el causante de todo el dolor, mi dolor. Es de un color negro más intenso que el propio vértice de ébano que se abre sobre su cabeza, a gran altura, en el techo de piedra. No miro a ningún otro sitio. Sé que está solo, esperándonos. No me importa si será él o yo, pero estoy decidido. Por mi hogar daré la vida, ya que no puedo dar más.
Oigo el murmullo ininteligible de Lantas, y sé sin saber cómo lo que está haciendo. Sé que Lander está a su vez invocando otro hechizo, sin necesidad de verlo. Dominic permanece quieto. La ayuda de Lantas hace que mis movimientos me parezcan de un lentitud infinita, pero en realidad sé que en un segundo me he situado a las espaldas de Despayr. Tengo ante mí el aguijón de escorpión en que está rematada su cola, pero no me muevo ni un milímetro. Toda la confianza que pueda tener en mis golpes será decisiva. Levanto la espada y la dejo caer con todas mis fuerzas contra su flanco. Sé que le he hecho daño, pero no el suficiente.
No puedo verlos, el cuerpo con alas gigantescas me lo impide, pero sé que los Stonar están cada uno a un lado delante de su cabeza, y acometen al unísono. Despayr se mueve, al menos imperceptiblemente, pero se mueve. Lo suficiente para que su punta de lanza de la cola me atraviese en el muslo. Creo que voy a caer de rodillas del dolor, pero resisto. Lo bastante para golpear con saña a su vez al menor de los Stonar. Con cada golpe que recibe de sus alas y el mordisco que le alcanza podría haber tumbado a cincuenta guerreros. Bram no cae, logra mantenerse en pie. Aún no ha llegado su hora.
Sé que Lander y Lantas están cerca. Puedo sentirlos cuando se mueven y usan de sus artes. Pero nada sucede. El maldito Despayr logra imponerse a ellos. No será mucho lo que tengamos que decirnos ahora, pero agradezco cada momento que he pasado con este grupo. La próxima vez que Despayr ataque puede ser el último momento para alguno de nosotros. Se prepara para levantar el vuelo. Extiende sus alas, yergue la cabeza buscando orientación hacia donde encaminarse. Quiere tomar mejor posición para atacarnos a todos juntos. Busca una oportunidad.
No va a llegar la ocasión. Los guerreros atacamos. Esta vez mi espada resbala con su escamosa piel. Zabrath tiene más suerte, su hacha logra encontrar el camino. Pero es Bram quien todos sabemos que ha triunfado. Con todos los músculos de su cuerpo en tensión, asesta un golpe en la base del cuello del dragón que lo corta en dos. Despayr ha caído. Nuestra misión está cumplida.
Los gritos de júbilo y alegría empiezan y se van sucediendo unos a otros. Los Stonar saltan de alegría y entrechocan sus armas en el aire. Lantas entona una canción típica de su gente, que no entiendo, pero la oigo como el trinar de los pájaros en las mañanas de mi pantano. Lander se arrodilla y ora en silencio, con los brazos extendidos a los lados. Dominic examina el cuerpo sin vida del dragón.
A nuestros gritos se suman otros. Rodeando la base donde se aposentaba Despayr se hallan varias jaulas con prisioneros. Acudimos a rescatarlos. Aquel vórtice negro que vimos al llegar se cierra, el Mal ha caído. Ellos nos aclaran que fueron capturados en aquel templo falso de Mistra por el que también pasamos nosotros. Extraían la energía de sus cuerpos para alimentar al vórtice. Muerto Despayr y liberados ellos, el conflicto entre planos se ha acabado. Volvemos a casa.
Tras varias jornadas, en las que nos recuperamos del combate, en las que los prisioneros se unen a nosotros y les guiamos por los caminos, llegamos a la salida. Mi gente estalla de alegría al vernos, pues saben que la amenaza ha terminado. Estamos allí y todo ha pasado. Nos acogen en nuestro campamento y celebramos la victoria. Esa misma noche, me aclaman como un líder venerado. Mi deuda con los míos está saldada. No así la que tengo con mis compañeros, que será eterna. Al día siguiente, me despido de ellos, no dicen nada, no es necesario. Saben, como yo, que mi puesto está aquí, y que guardaré para siempre que nadie vuelva a pasar al otro plano.
He cumplido mi misión.
Por Gathan, líder de la tribu de los hombres lagarto.
Lo que Gathan no cuenta, porque sus días formando parte de la Hoja Roja llegaron a su fin, es lo que sigue. Deberás ser tú, quien esto lees, el que veas ahora a sus antiguos compañeros con los ojos con que el hombre lagarto los veía. Un grupo incomprensiblemente unido en la batalla, solidario con los más débiles, heroicos cuando todos temen. Esto fue lo que pasó tras su despedida...
El camino a Wylon es largo. El grupo sólo hace altos para detenerse a comer. Ayudan a los prisioneros que rescataron de las garras de Despayr en lo que pueden. Son muchos, pero los héroes se multiplican para atender a todos. Una mañana, un grupo en la lontananza se aproxima a lo lejos. El grupo se detiene en espera de averiguar qué o quién es lo que vendrá ahora. Son unas diez figuras, a caballo. Dan el alto justo delante de los Stonar, quienes se plantan en mitad del camino para "recibirles", con las manos en las empuñaduras de sus armas.
-"Hablad rápido, somos los Caballeros Dragones Púrpuras. ¿Quiénes sois y qué hacéis aquí?"
-"No hemos vencido al mal para recibir órdenes de alguien que no muestra respeto. Redímete y puede que sigas tu camino de una pieza."- El mayor de los Stonar no se anda con cuidados. Lander interviene antes de que el oficial pueda replicar.
-"Te suplicamos, caballero, que acojas a estas pobres gentes bajo tu protección. Somos el grupo de la Hoja Roja. Hemos cumplido con el cometido que tu señor nos encargó."- El oficial muestra una cara de asombro al oir el nombre que Lander ha pronunciado. Abre los ojos desmesuradamente y con un carraspeo aclara su garganta.
-"Está bien, conozco vuestro nombre y la fama que os habéis ganado. Tomaré a esta gente bajo mi protección, pero acudid a ver a mi señor, pues espera ansioso las noticias que sin duda tendréis que darle."- El altivo caballero da una orden a sus hombres, quienes sin desmontar, rodean a los prisioneros y los encaminan en otra dirección.
Los héroes llegan a Wylon. Coltazor los espera. Los reciben nada más pisar la estancia del palacio real. Departen durante horas, pues mucho es lo que tienen que contar, y más todavía lo que Coltazor les pregunta cuando acaban todos su historia. Todos quedan satisfechos. Les promete que desde ese momento, los Caballeros les mostrarán el debido respeto. El grupo recibe su recompensa. El señor los manda a una cita en una taberna. Allí está Lord Tunaster Draric, quien en compañía de seis clérigos de Mistra les da toda la ayuda que puedan necesitar, para que puedan volver a la aventura.
Para que la historia de la Hoja Roja pueda continuar. Su leyenda, extenderse. Su nombre, conocerse.
Comentarios
Una lástima no seguir disfrutando de tus crónicas en el futuro.
A ver la crónica de la de ayer, que tengo ganas de saber qué ha pasado!!!!!!!
Es decir, hasta que nos hemos comprado los objetos mágicos (que ahí nos hemos tirado gran parte de la tarde), hasta que nos han presentado al personaje de Ahixa, y hasta que nos hemos encontrado con el mediano de Luis, lo único que dio tiempo fue conocer cuál es nuestro próximo objetivo, hacia donde tenemos que dirigirnos en su busca y un par de encuentros.
Pero bueno, a ver si hay algún voluntario para contarlo en condiciones...
... lo suyo es que lo hiciera luis, ya que podría aprovechar para contar algo más de lo que ha hecho su personaje todo este tiempo y, de paso, así va calentando motores.
La verdad es que ayer entre unas cosas y otras, empezamos tarde y nos fuimos temprano, o sea que poquito. Espero que el Domingo que viene estemos todos jugando ya a las 17:10.
Por lo demás poco para lo que os queda por pasar...
Me vais a perdonar, pero no me he referido mucho a la parte donde intervinieron los magos (Lantas, Mara, Lander y Dominic) básicamente porque no recuerdo ya muy bien qué hizo cada uno, y porque el revienta baterías de Bram hizo el resto....
Si para esto me sirve la carrera, qué jodío, se lo podéis decir a mis padres, que se piensan que estoy viviendo del cuento (y de la poesía, el teatro, el drama, todos los géneros :)