Crónicas de (deberíamos votar un título) Parte 2

La misión era sencilla, localizar la ubicación de un grupo de bandidos y encontrar un objeto de extraños símbolos que se encontraba en su poder. Nos dirigimos hacia el noreste, lugar donde nos habían indicado se encontraba el asentamiento.

Gracias a las habilidades de Lisa, nuestra druida, no tuvimos ningún problema en avanzar cuando el camino de piedra se difuminó entre el follaje, tras varias horas caminando Lisa se detuvo y nos dijo: "Esperadme aqui hasta el alba, si todo sale bien volveré con un nuevo miembro que fortalezerá nuestro grupo, ¿os parece bien?" Ninguno se opuso a su petición pero nos resultó extraña, no había dicho nada en lo poco que llevabávamos de camino ni tampoco antes de salir de la ciudad.

Acampamos cerca de la linde del bosque y esperamos pacientemente, Misty jugaba con sus dagas, Lanthar abrió su enorme libro y empezó a leer página por página, yo pensaba que eso le llevaría toda una vida y mientras tanto mi hermano Zabrath afilaba su gran hacha...De repente...¡ZAS! Dos jabalinas surcaron el aire, una dio de lleno en el enano y la otra pasó cerca de mi, rápidamente avistamos dos putos semiorcos rabiosos, agarré mi mandoble y me dirigí directo hacia el primero hincando mi espada en su asquero pecho, al girarme vi que Zabrath había hecho lo propio con el que había osado herirle... Misty siguió con sus dagas y Lanthar continuó con sus escritos...

La noche transcurrió tranquila y al llegar el alba por fin apareció Lisa pero la pobre no se había dado cuenta de que cuatro semiorcos la estaban siguiendo, la lucha no fue tan limpia como la del día anterior, pero unos mierdas como esos no supusieron ningún esfuerzo para nosotros; aquellos encuentros no eran normales y llegamos a la conclusión de que posiblemente un grupo de nómadas semiorcos se encontraba cerca de nosotros, Lisa propuso ir en su busca, Misty apoyo la idea y a mi hermano se le dibujó una sonrisa que lo decía todo. Durante todo el día la druida buscó el rastro de los posibles semiorocos, pero no encontramos nada, al caer la noche montamos un nuevo campamento y me acosté... A la voz de: ¡Alarma! ¡Alarma! me levanté súbitamente agarrando con fuerza mi espada, Misty gritaba y señalaba en una única dirección, todos nos levantamos y nos preparamos para lo peor, de entre los arbustos un oso apareció, era de color pardo y nuestra presencia parecía incomodarle. Lisa sin ningún tipo de duda se acercó al oso e intentó calmarlo y acto seguido susurró extrañas palabras al viento consiguiendo que la actitud del oso cambiara radicalmente para alegría de nuestro bribón quien disfrutó varias horas a lomos del mamífero, cuando hubo terminado Lisa se adentró en el bosque con el oso alejándolo de nuestro lugar.

A la mañána siguiente decidimos desistir de seguir buscando al posible grupo de putos nómadas, o ya se habían marchado del lugar o eran realmente buenos escondiendose, retomamos nuestro camino inicial en busca de los bandidos.

Tras dos días de marcha llegamos al posible asentamiento; a lo lejos divisamos una torre a medio derrumbar sobre la base de lo que parecía ser un desnivel. Nos adentramos en el bosque y esperamos a la llegada de la noche, cuando obtuvimos el refugio de las sombras nuestro joven halfling se ofreció voluntario para inspeccionar la torre, contamos un par de minutos y Lanthar echó un vistazo, Misty hacía señales desde la torre, todo iba bien, pero tras varios minutos de espera sin saber que hacer realmente, vimos como Misty bajaba a toda velocidad de la torre perseguido por cuatro bandidos y tras ellos un grupo más numeroso de piratas y semiorocos. Lanthar actuó con rapidez haciendo que dos de los perseguidores del bribón cayeran al suelo, pero el resto nos vió y corrieron también hacia donde nos encontrábamos. Empezamos a retroceder lentamente para ver que número de asaltantes nos perseguían; tras las rocas y matorrales pude contar siete atacantes... Lisa al ver que nos superaban en número no se lo pensó dos veces, huyó hacia el interior del bosque buscando refugio, Lanthar la siguió, mientras yo miré a mi hermano y dije: "¿Zabrath?" el solo asintió y nos dispusimos para el combate.

Realmente no se como describir lo que sucedió, nos superaban tres a uno y no dejaban de llegar más y más piratas, a pesar de que Misty no nos había abandonado y de que Lanthar y Lisa llegaron a los pocos segundos tras ver que el resto del grupo no los habían seguido, continuaban llegando más y más putos muertos de hambre con ganas de acabar con nosotros, pero nuestro acto de valentia (o tal vez de locura) había agradado a Tempus quien no permitió que esa noche cayéramos ante tal escoria, uno a uno nuestros enemigos morían bajo nuestro acero, los pocos que se mantenían en la lejanía abandonaron sus armas y corrieron por sus vidas, sabia elección.

Al terminar la batalla el aspecto del lugar era desolador, quince o tal vez más cuerpos yacían sobre nuestros pies, la sangre parecía brotar de la tierra hinundándolo todo.

Excitados todavía por la dureza de la lucha corrimos en busca de aquellos cobardes que habían abandonado el lugar, nos dirigimos hacía la torre donde pudimos ver con mayor claridad el lugar, en la base de la depresión un pequeño charco de agua y a su alrededor mesas, sillas, barriles, caballos... Pero ni rastro de ningun jodido bandido al que mandar al encuentro de kélemvor.

Buscamos en el lugar el objeto al que habíamos sido enviados a encontrar, pero no hallamos nada, en el interior del hundimiento también localizamos la entrada a una cueva, decidimos internarnos en ella y con Misty como guía exploramos el lugar.

El halfling hizo alarde de sus habilidades como nunca antes lo había hecho, parecía que tenía miedo de ir con las prisas y risas que tan habituales eran en él, su instinto no le falló, pues en el interior de la cueva encontramos tres criaturas de aspecto infernal, eran de color negro, con varios tentáculos en la base de lo que supongo era su cuerpo, si a eso se le podía llamar cuerpo y con una especie de boca redondeada toda ella llena de afilados dientes; las alimañas no supusieron ningún problema para el grupo; habiendo limpiado la zona de extrañas criaturas empezamos a buscar en el lugar y por fin hallamos lo que habíamos ido a buscar, un pergamino escrito con extrañas runas.

Había sido un gran día, habíamos derramado la sangre de nuestros enemigos sobre la tierra fértil y hallado el objeto por el cuál nos habían contratado. Mi hermano Zabrath no se equivocaba, vivir aventuras era para lo que nosotros estábamos hechos y teníamos la suerte de haber encontrado un grupo semejante a nosotros.